martes, 28 de diciembre de 2010

¡DIOS TE AMA!






I. POR ESO LE IMPORTA TU VIDA

Sin importar quiénes seamos en este mundo, estamos expuestos a pasar por momentos difíciles que incluso pueden provocarnos ansiedad y desesperación, en esos momentos muchos cuestionan ¿Dónde está Dios? Porque creen que si existiera, no pasarían por tragedias; sin embargo la Biblia dice:

1. Que podemos echar toda nuestra ansiedad sobre Él, porque tiene un gran interés en nosotros (1ª Pedro 5:7).
2. Que está cerca para salvar a los que tienen el corazón hecho pedazos y han perdido la esperanza (Salmo 34:18).

Dios no se goza cuando tú o alguna otra persona están en dificultades, de hecho, quisiera tener una relación real y personal contigo; pero hay una gran barrera que no le permite hacerlo: El pecado (Romanos 3:23; Eclesiastés 7:20).


II. POR ESO ENVIÓ A JESUCRISTO

El problema no está en Dios, sino en el hombre, nacimos en pecado, por eso desde pequeños tendemos a ser envidiosos, maldicientes, mentirosos, vengativos, infieles, violentos, etc.
Las consecuencias del pecado son tan serias, que al morir nuestro destino inmediato sería el infierno (Mateo 10:28) y aunque hiciéramos muchas buenas obras, no podríamos salvarnos de dicho lugar (Efesios 2:8).

¿Si tú murieras en esta noche, a dónde iría tu alma?

Dios te ama, no importa quién seas; por ti, dio a su Hijo, nació a través de una virgen; creció, murió y resucitó para dar vida eterna (1ª Corintios 15:1-4).

III. POR ESO TE OFRECE PERDÓN Y SALVACIÓN

El hombre más dichoso no es el rico, ni el que no tiene conflictos en su vida; sino aquel a quien Dios le perdona sus pecados (Romanos 4:7-8).

Realmente Dios te ama, te conoce desde que naciste y no quiere que tú, ni nadie, vivan eternamente en un lugar de condenación; por eso, a través de Jesucristo puedes salvarte y ser perdonado de todos tus pecados.

¿Qué debes hacer?

Es necesario que reconozcas que eres pecador porque naciste en esa condición y porque a través de tu vida, al igual que toda persona, has pecado.

También debes arrepentirte sinceramente, inclina tu rostro y desde lo más profundo de tu corazón pide perdón a Dios con tus propias palabras.

Considera lo que dice la Biblia:

“Que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor,
y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia,
pero con la boca se confiesa para salvación”
Romanos 10: 9-10

No temas, Dios te ama y no sólo tiene el poder de perdonarte, sino de dar paz a tu alma, aquello que nada material ni humano puede hacer.

Si tienes una Biblia, no dudes en leer cada verso señalado en este folleto.

martes, 21 de septiembre de 2010

Dones de sanidades y milagros

¿EXISTEN AÚN LOS DONES DE SANIDAD Y DE MILAGROS?
(DONES ESPIRITUALES)

Es muy probable que muchos cristianos en la actualidad se hagan la misma pregunta que sirve de título a este apéndice; sobre todo, si tiene algún tipo de compañerismo con creyentes carismáticos, o si en su ciudad o estado existen “eventos multitudinarios de sanidad” a los que acuden un buen número de personas con un solo anhelo: obtener la salud de su cuerpo; lamentablemente, un buen número de ellas vuelve a casa porque “no alcanzó el tiempo” del predicador o porque según les dicen “no tuvo suficiente fe” para alcanzar la salud; o peor aún, les hacen creer que “ya están sanos” y por ello abandonan sus tratamientos médicos, con la natural consecuencia negativa en su cuerpo.

Debido a lo anterior, surgen las siguientes preguntas ¿Está Dios restaurando estos dones maravillosos? ¿Qué acerca de las sanidades tales y tales? De todas partes viene la confusión, las preguntas y las contradicciones.

Cierto es que la Biblia nos enseña que los dones espirituales fueron un apoyo importante para el crecimiento de la iglesia apostólica; sin embargo, la mayoría de esos dones sólo fueron temporales, eran capacidades específicas dadas a ciertos creyentes con el propósito de validar o confirmar la Palabra de Dios cuando era proclamada antes que las Escrituras fueran concluídas. Estos dones tenían un propósito singular: dar a los apóstoles credenciales, es decir, dejar saber a la gente que todos esos hombres hablaban la verdad de Dios. Una vez que la palabra de Dios fue puesta por escrito, dones particulares como el de profecía (revelaciones de Dios), milagros, sanidades, lenguas e interpretación de lenguas, ya no fueron necesarios y cesaron (1 Corintios 13:8-10).

I. LOS DONES DE SANIDADES

Recordemos que desde la caída del hombre en el jardín del Edén, la enfermedad ha sido una terrible realidad. Por milenios la búsqueda de curas para aliviar enfermedades y sufrimiento ha ocupado a la humanidad. La enfermedad y la muerte han afligido y finalmente conquistado a toda persona desde Adán. Solamente Enoc y Elías han escapado de la muerte (Génesis 5:24; 2 Reyes 2:11). Solamente Jesús la ha conquistado y ha resucitado en gloria.


Cada persona de los miles de millones que han nacido, finalmente han perecido, ya sea por enfermedad, por lesiones o por alguna clase de dolencia. Nadie, ni siquiera los que alegan tener dones de sanidad, está exento.

¡Por supuesto que sería hermoso y gratificante tener el don de sanidad! Y aliviar de toda enfermedad a las personas que están a nuestro alcance y fuera de el, pero lamentablemente esto no es posible. Sin embargo, andan por allí muchos “sanadores”, que lejos de curar a las multitudes como Jesús, sólo se limitan a ejercitar su “don” en un ambiente controlado, escenificado a su manera, manejado de acuerdo con su plan.

¿Por qué todos aquellos carismáticos que argumentan poseer el don de sanidad no acuden a las salas de los hospitales? ¿Por qué no hay más sanadores usando sus dones con los enfermos de cáncer, SIDA, y toda clase de enfermedad terminal? La razón es sencilla, porque los que pretenden tener el don de sanidad NO lo tienen realmente. El don de sanidad era una señal temporal para validar las Escrituras como la Palabra de Dios. Una vez que esa autenticidad fue establecida, el don de sanidad cesó.

La escritura nos enseña que aunque Dios está interesado por nuestros cuerpos, está infinitamente más interesado por nuestras almas (Mateo 10:28). Debemos comprender que aunque los cristianos pudieran sanar a cualquiera a su voluntad así como Jesús lo hizo, las masas ni así todavía creerían el evangelio. Después de todas las maravillosas sanidades de Jesús, ¿qué hizo la gente? Lo crucificaron. A los apóstoles no les fue mejor. Ellos hicieron milagro tras milagro de sanidad. ¿Y qué pasó? Fueron encancerlados, perseguidos y hasta asesinados. La salvación no viene por experimentar o contemplar sanidad física. La salvación viene por escuchar y creer el evangelio (Romanos 10:17).

El don de sanidad, sin embargo, han pretendido tenerlo, a través de los siglos, no sólo cristianos, sino también paganos (sanadores síquicos, ocultistas, brujos y shamanes). Satanás siempre ha retenido a la gente en su dominio por medio de sanidades falsas.

Aunque los métodos y actividades de los que pretenden que tienen el don de sanidad no son coherentes con la Escritura, no puede negarse que suceden cosas en sus servicios. ¿hay alguna explicación para esas cosas?



Uno podría pensar que existe una tremenda cantidad de evidencia para apoyar los reclamos que hacen los sanadores. No es así. La mayor parte de la “evidencia” que los sanadores citan como su prueba, no puede ser probada. Es una conjetura o una opinión subjetiva. Aquellos que dicen haber sido sanados, después se encuentran con que la “cura” ha sido puramente sintomática y pasajera. La enfermedad real continúa.

Cuando los sanadores por fe prueban a tratar enfermedades orgánicas serias (infecciones, ataques al corazón, piedras en la vesícula biliar, discos fuera de lugar, cáncer de todas clases, huesos rotos y deformidades congénitas entre otras), a menudo son responsables de angustia e infelicidad indecibles. Algunas veces mantienen al paciente alejado de ayuda eficaz y que posiblemente le pueda salvar la vida. Sin embargo, millares de personas inteligentes continúan yendo a sus servicios. ¿Por qué? Porque la desesperación a menudo acompaña a la enfermedad. La enfermedad mueve a la gente a hacer cosas frenéticas y extremas que normalmente no haría. Gente que ordinariamente es de mente clara, inteligente y equilibrada se vuelve irracional. Satanás sabe eso, esa la razón por la que dijo: “¿Piel por piel! Todo lo que el hombre tiene lo dará por su vida” (Job 2:4).

Hay mucha confusión, culpa y pesar entre carismáticos y no carismáticos por lo que les han dicho acerca de la sanidad. La agonía de la enfermedad y de la dolencia solamente se intensifica cuando la gente piensa que no es sanada por causa de su pecado, por falta de fe o por la indiferencia de Dios hacia ellos. Razonan que si hay sanidad disponible y ellos no la reciben, es por falta de ellos o de Dios. De esta manera los sanadores por fe han dejado indecible daño tras de ellos.

Sin ninguna duda, podemos decir que las sanidades genuinas pueden venir como resultado de la oración y que en la mayor parte incluyen sencillos procesos naturales y que otras veces, Dios apresura los mecanismos de recuperación y restaura a una persona enferma a la salud en una manera que la medicina no puede explicar. En ocasiones, pasa por alto un pronóstico médico y permite que alguien se recupere de una enfermedad normalmente debilitante. Sanidades como esa vienen en respuesta a la oración y a la soberana voluntad de Dios y pueden suceder cada vez.




No obstante lo anterior, el don de sanidad, la capacidad para sanar a otros, unciones especiales para ministerios de sanidad, sanidades que pueden ser “reclamadas” y otras técnicas típicas de la sanidad por fe, no tienen sanción bíblica en la era post apostólica.

Para hacer una comparación entre el don de sanidad que se pretende hoy día y lo que la Biblia enseña, sencillamente tenemos que regresar y mirar el ministerio de Jesús. Nuestro Señor estableció el patrón para los dones apostólicos, e hizo muchas sanidades. En el tiempo de Jesús el mundo estaba lleno de enfermedad. La ciencia médica era primitiva y limitada. Había más enfermedades incurables que las que tenemos ahora. Las plagas podían barrer ciudades enteras.

Además, Jesús sanaba enfermedades para demostar su deidad. ¿Cómo lo hacía Jesús? La escritura revela seis características notables del ministerio de sanidad de Jesús:

1) Primera: Jesús sanaba con una palabra o un toque, Mateo 8 enseña cómo Jesús sanó al siervo de un centurión, aún sin tenerlo al frente y con su sola palabra. En Juan 6 cuando Jesús alimentó a los cinco mil, él había pasado la mayor parte del día sanando gente de la multitud que estaba enferma. La Escritura no nos dice cuánta gente fue sanada, quizá fueron cientos. Pero cualquiera que haya sido el número, Jesús los sanó con una palabra. No hubo teatralerías ni un ambiente especial. En Marcos 5:25-34 encontramos el caso especial de una mujer con flujo crónico de sangre que fue sanada simplemente por tocar el manto de Jesús.

2) Segunda: Jesús sanaba instantáneamente, el criado del centurión “fue sanado aquella hora” (Mateo 8:13). La mujer con el problema de hemorragia fue sanada “al instante” (Marcos 5:29). Jesús sanó en el acto a diez leprosos en el camino (Lucas 17:14). El tocó a otro hombre con lepra y “al instante desapareció de él” (Lucas 5:13). El paralítico en el estanque de Betesda “al instante...fue sanado, tomó su lecho y anduvo” (Juan 5:9). Hasta el hombre nacido ciego fue sanado tan pronto hizo lo que Jesús le mandó (Juan 9:1-12).

A menudo, la gente dice: “He sido sanado, y ahora estoy mejorando” Jesús nunca sanaba “progresivamente”. Si Jesús no hubiera sanado instantáneamente, no hubiera habido base para probrar su deidad.



3) Tercera: Jesús sanaba totalmente, En Lucas 4, Jesús dejó la sinagoga y vino a la casa de Simón Pedro. La suegra de Pedro estaba allí, sufriendo de una alta fiebre. Jesús se inclinó sobre ella, “reprendió a la fiebre”, e inmediatamente ella se puso bien (v.39). De hecho, ella se levantó enseguida y empezó a servirles. No hubo un período de recuperación. Su sanidad fue instantánea y total. Esa fue la única clase de sanidad que Jesús hizo en este y en todos los casos.

4) Cuarta: Jesús sanó a todos, a diferencia de los sanadores de hoy, Jesús no dejó largas líneas de gente desilusionada que tuvo que regresar a su hogar en sillas de ruedas. Él no tuvo servicios especiales o días de sanidad que terminaban a cierta hora, se ocupó de todos aquellos que vinieron o fueron traidos a su presencia (Lucas 4:40, 9:11).

5) Quinta, Jesús sanaba enfermedades orgánicas, Jesús no recorría Palestina sanando dolores en la espalda, palpitaciones del corazón, dolores de cabeza y otras dolencias. Él sanaba las clases más obvias de enfermedad orgánica: piernas tullidas, manos secas, ceguera, parálisis, en todos los casos eran milagros innegables.

6) Sexta, Jesús resucitaba los muertos, un ejemplo de ellos está en Lucas 7:11-16 con el hijo de la viuda de Naín, o el caso de la hija de un principal de la sinagoga (Marcos 5:22-24, 35-43) o el conocido caso de Lázaro (Juan 11:1-12:17).

II. ¿QUÉ ERA EL DON BÍBLICO DE MILAGROS?

Para empezar, diremos que: un milagro es un evento extraordinario obrado por Dios mediante un agente humano, un evento que no puede ser explicado por fuerzas naturales. Los milagros siempre tienen el propósito de refrendar el instrumento humano que Dios ha escogido para declarar una revelación específica a los que atestiguan el milagro.

Los milagros en la Escritura son también llamados “señales y prodigios” (Éxodo 7:3; Deuteronomio 6:22, 34:11; Nehemías 9:10; Salmos 135:9; Jeremías 32:21; Daniel 6:27; Juan 4:48; Hechos 2:43, Romanos 15:19; 2 Corintios 12:12; Hebreos 2:4). Incluyen fuerzas sobrenaturales, sobrehumanas, asociadas específicamente con los mensajeros de Dios y no son meramente sucesos extraños, coincidencias, eventos sensacionales, o anomalías naturales.

Los milagros y las sanidades eran dones extraordinarios de señales, dados para confirmar la revelación de Dios. Los milagros podían incluir sanidad, y las curaciones hechas por hombres con el don de sanidad eran todas milagrosas, de modo que, en un sentido, los dones coincidían. El gran obrador de milagros era el Señor Jesucristo mismo. Básicamente Jesús hizo tres clases de milagros: Sanidades (Incluyendo resucitar muertos); echar fuera demonios (Que a menudo resultaba en sanidad); y milagros en la naturaleza (Como multiplicar los panes y los peces, calmar la mar y caminar sobre el agua). Todos esos milagros eran señales que apuntaban a la realidad del reclamo de Jesús de ser Dios (Juan 2:11; 5:36, 20:30-31, Hechos 2:22).

Una vez que la obra de Cristo fue terminada, los apóstoles tuvieron la tarea de proclamar y registrar su mensaje en la Escritura. Para validar su trabajo, Dios les dio la capacidad de hacer milagros de sanidad y de echar fuera demonios. Nada indica en el Nuevo Testamento que alguien que no fuera Jesús hiciera milagros en la naturaleza. Los apóstoles nunca crearon comida, ni calmaron la mar, ni caminaron sobre las aguas por sí mismos (Cuando Pedro caminó sobre el agua, Jesús estaba presente y lo ayudó. Nada sugiere que él haya repetido alguna vez la experiencia).

Lamentablemente, la sociedad hoy en día está obsesionada con lo sobrenatural, al punto de que la gente está deseosa de interpretar casi cualquier fenómeno raro como una maravilla sobrenatural, mas y más escuchamos de eventos extravagantes e inusitados que popularmente son mal interpretados como milagros: tales como “las apariciones” de Cristo o la Virgen María en tal o cual cosa, a la que inmediatamente las multitudes se vuelvan a adorar.

El hambre que la gente tiene de fenómenos misteriosos y asombrosos está a un nivel no superado en la historia de la iglesia. Ansiosas de contemplar milagros, muchas personas parecen dispuestas a creer que casi cualquier cosa inusitada es un prodigio genuino y celestial. Eso presenta un tremendo peligro para la iglesia, porque la Escritura nos dice que los milagros falsos, extremadamente creíbles, serán una herramienta principal de Satanás en los últimos tiempos. Como Jesús dijo: “Porque se levantarán falsos cristos y falsos profetas, y darán grandes señales y maravillas de tal manera que engañarán, de ser posible, aun a los escogidos.” Luego añadió, como si supiera que muchos ignorarían la advertencia: “¡Mirad! Os lo he dicho de antemano” (Mateo 24:24-25). Seguramente a la luz de esas palabras de nuestro Señor, se asegura algún escepticismo sano por parte de los cristianos.

Antes de continuar, quizás es necesario establecer que sí es posible que en la actualidad Dios obre milagros y prodigios, porque su poder no ha disminuido ni su mano se a acortado; sin embargo, como creyentes bautistas, no creemos que Dios aún usa a hombres y mujeres como agentes humanos para obrar milagros en la misma manera que usó a los hombres de la Biblia y que los milagros, las señales y prodigios reclamados hoy día en el movimiento carismático no tienen nada en común con los milagros apostólicos. Y estamos convencidos por la Biblia, de que nada como el don de milagros del Nuevo Testamento está en operación en nuestra época. El Espíritu Santo no ha dado a ningún cristiano de tiempos modernos dones milagrosos comparables a los que dio a los apóstoles.

Cuando el Antiguo y el Nuevo Testamento se completaron, la revelación de Dios se terminó. Mediante muchas señales, prodigios y milagros Dios validó este libro.

¿Hay necesidad posterior de milagros para probar la revelación de Dios? ¿Puede alguien con fe “reclamar” un milagro, como algunos enseñan? ¿Hace Dios milagros a la orden? Y, ¿los fenómenos aclamados hoy como señales, prodigios y sanidades, tienen algún parecido con los milagros obrados por Cristo y los apóstoles? La respuesta a todas estas preguntas es NO.

Nada en la Escritura indica que los milagros de la era apostólica tuvieran el propósito de ser continuados en eras subsiguientes. La Biblia tampoco exhorta a los creyentes a buscar ninguna manifestación milagrosa del Espíritu Santo. En todas las epístolas del Nuevo Testamento, hay solamente cinco mandamientos relacionados relacionados con los creyentes y el Espíritu Santo:

1) “Andemos en el Espíritu” (Gálatas 5:25)
2) “No estristescáis al Espíritu Santo de Dios” (Efesios 4:30)
3) “Más bien, sed llenos del Espíritu” (Efesios 5:18)
4) “No apaguéis el Espíritu” (1 Tesalonicenses 5:19)
5) “Orando en el Espíritu Santo” (Judas 20)

No hay mandamiento en el Nuevo Testamento de buscar milagros. Pero los carismáticos creen que los dones de milagros espectaculares fueron dados para la edificación de los creyentes. ¿Apoya la Palabra de Dios tal conclusión? No. De hecho, la verdad es lo contrario. Las lenguas, las sanidades y los milagros sirvieron como señales para validar una era de nueva revelación. Cuando la era de la revelación llegó a su final, las señales también cesaron.

Los crédulos de los reclamos de los milagros modernos especialmente los que son más celosos defensores de las señales y prodigios contemporáneos, a menudo parecen renuentes a tratar con la posibilidad, de que esas maravillas puedan ser realmente validación de una variedad diabólica de “revelación”. Ciertamente, los cristianos que buscan señales milagrosas se están exponiendo al engaño satánico.

CONCLUSIÓN

Dios es obrador de milagros y nuestro poderoso sanador, el hombre no; por la oración de los creyentes, aún en la actualidad el Señor puede obrar milagrosamente; pero esto no significa que un creyente en particular tenga el don de milagros, ni mucho menos de sanidad.









1) MacArthur, John F. Los Carismáticos, una perspectiva doctrinal. Título del original: Charismatic Chaos. Traductor: Casa Bautista de Publicaciones. Editorial Casa Bautista de Publicaciones. 2da. ed. El Paso TX, 1995. 320 págs.
2) Matlick, Jack. Entendiendo el Movimiento Carismático, un análisis crítico a la luz de la Biblia. Ediciones las Américas, A.C. 1ra. ed. México, 1992. 115 págs.
3) Ministerio Palabra de Vida. Confusión Carismática. México [s.f.]. 25 págs.

Los dones espirituales



EL INICIO DE LA OBRA DEL ESPÍRITU SANTO EN LA IGLESIA
(LOS DONES ESPIRITUALES)

Al querer hablar de los dones espirituales, se “corre el riesgo” de afectar las creencias de muchos (prácticamente todos) creyentes carismáticos, ya que para ellos, en la actualidad ha habido un “resurgimiento” de aquellos dones experimentados por la iglesia apostólica; sin embargo, al realizar un análisis exhaustivo de la Biblia, encontraremos que los dones, tal como se encontraron en el pasado, no son ya aplicables en nuestra actualidad. El problema surge del hecho de no estudiar toda la Biblia, sino sólo de tomar “algunos pasajes útiles” para apoyar ciertas enseñanzas; por esta razón, como un complemento al estudio del capítulo 12 de 1 Corintios, realizaremos un análisis de cuatro capítulos del libro de los Hechos (2, 8, 10 y 19), que serán de mucha ayuda para entender de qué manera y con qué propósitos, el Espíritu Santo se manifestó de manera diferente entre los nuevos creyentes de la iglesia primitiva.

Antes de entrar de lleno al tema, empezaremos diciendo que en el mayor de los casos (porque, aunque pocas, existen algunas iglesias pentecostales conservadoras), la experiencia es el fundamento sobre el que está edificado gran parte del sistema de creencias carismático. La experiencia es también la autoridad que los carismáticos citan más frecuentemente para validar sus enseñanzas. El libro de Hechos, un diario de experiencias de los apóstoles, es a donde generalmente se vuelven en busca de apoyo bíblico para lo que creen; pero es necesario precisar que el libro de Hechos:

1) Es una narración histórica, en contraste con las epístolas, que son didácticas.

2) Es una crónica de las primeras experiencias de la iglesia; las epístolas contienen instrucción para los creyentes desde el principio hasta el fin de la edad de la Iglesia.

3) Es un registro de acontecimientos en el período apostólico, pero no significa que cada evento o fenómeno registrado allí es normativo para toda edad eclesiástica.


4) Registra solamente los primeros días de la era de la iglesia y muestra a dicha iglesia en transición del antiguo pacto al nuevo. El pacto antiguo se desvanece y el pacto nuevo entra en toda su plenitud.

5) Contiene eventos excepcionales, pero cada uno con un propósito específico, siempre asociados con el ministerio de los apóstoles y su frecuencia puede ser vista disminuyendo dramáticamente, del principio del libro al fin.

Los puntos anteriores son de relevancia absoluta, ya que los carismáticos anhelan las experiencias descritas en Hechos y consideran que los eventos extraordinarios de la iglesia primitiva son un sello actual de la obra del Espíritu Santo que debe ser esperada rutinariamente por los cristianos de todos los tiempos, es decir, toman ese libro como normativo, sin considerar plenamente todo el contexto de las epístolas.

John F. MacArthur cita en su libro a Gordon D. Fee (1), él mismo un carismático, quien dice lo siguiente:

Si la iglesia primitiva es normativa, ¿Cuál expresión de ella es normativa? ¿Jerusalén? ¿Antioquía? ¿Filipos? ¿Corinto? Es decir, ¿por qué no todas las iglesias venden sus posesiones y tienen todas las cosas en común? O además, ¿es del todo legítimo tomar declaraciones descriptivas como normativas? Si es así, ¿cómo distingue uno de las que no lo son? Por ejemplo, ¿debemos seguir el patrón de Hechos 1:26 y escoger líderes echando suertes?¿cuál es exactamente el papel que juega el precedente histórico en la doctrina cristiana o en el entendimiento de la experiencia cristiana? (“La Hermenéutica y el precedente histórico: un problema importante en la hermenéutica pentecostal” Ed. Grand Rapids: Baker, 1976. Pág.123).

I. LA DOCTRINA ERRÓNEA DE LA SUBSECUENCIA

Hechos 2:4 es la piedra de toque carismática, que contiene lo que muchos carismáticos consideran como la verdad central del Nuevo Testamento: “...y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen”. La mayoría de los carismáticos creen que este versículo enseña que el cristiano recibe el Espíritu Santo en forma limitada y que por ello deben procurar el bautismo en el Espíritu para moverse a “un nivel superior” de vida espiritual y que esa experiencia va acompañada por hablar en lenguas y resulta en una nueva motivación y poder espiritual.



A lo anterior se le conoce como la doctrina de la subsecuencia (primero la salvación, después el bautismo del Espíritu).

No obstante lo anterior, 1 Corintios 12:13 nos dice lo siguiente “Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu” lo cual indica un evento común para TODOS y no menciona evidencia como las lenguas y tampoco exhorta aquí – y en ningún otro lugar – a procurar el bautismo del Espíritu.

Los creyentes en Hechos 2, sencillamente esperaron en ferviente oración el cumplimiento de la promesa del Señor (Hechos 1:4, 14). En los capítulos 8, 10 ó 19 no se menciona ninguna búsqueda, por lo que podemos afirmar que todo creyente es:

1) Nacido del Espíritu Santo (Juan 3:5),
2) Bautizado con el Espíritu (1 Corintios 12:13),
3) Habitado por el Espíritu Santo (1 Corintios 6:19) y
4) Sellado por el Espíritu Santo (Efesios 1: 13-14).

Las cuatro acciones referidas acontecen simultáneamente en la conversión. Cada persona que se convierte es bautizada en el cuerpo de Cristo por el Espíritu Santo y eso ocurre solamente una vez en la vida del creyente.

Sin duda, el error de la doctrina carismática de la subsecuencia radica precisamente en el hecho de creer que al recibir “El bautismo del Espíritu Santo”, se entra a un nivel superior de espiritualidad, sin ningún esfuerzo ni participación del creyente; pero Pablo escribió en Romanos 12:2 “…transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento…” sin embargo, muchos carismáticos creen que uno puede renovar su mente y adquirir santidad sin esfuerzo consciente. La santificación, creen ellos, puede venirle a uno de inmediato por medio de una experiencia.

Desde el principio, el movimiento carismático ha florecido porque promete un atajo a la madurez espiritual. Una de las grandes atracciones de ese movimiento ha sido siempre que ofrece a los creyentes poder, entendimiento y espiritualidad en forma inmediata, mediante una experiencia, sin el tiempo, sin los dolores y las luchas que son parte natural de cualquier proceso de crecimiento (Efesios 6:12, 1 Pedro 4:12-13).

Pero, ¿realmente hay un atajo a la santificación? ¿Puede un creyente ser llevado instantáneamente de la infancia espiritual, a la madurez espiritual? No, según la Escritura.

Para el carismático típico, la entrada a la espiritualidad es a través de la experiencia, generalmente hablando en lenguas. El término realmente usado por ellos es: “tocado”. Describe exactamente la manera en que la mayoría de los carismáticos consideran la santificación; es decir, que una vez que uno recibe el “bautismo del Espíritu”, la espiritualidad es suya. Desafortunadamente no funciona de esa manera. Cuando el brillo de una experiencia se desvanece, están obligados a buscar otra y luego otra. Ellos encuentran que una segunda obra de gracia no es bastante; necesitan una tercera, una cuarta, una quinta, etc.

En su esfuerzo por buscar algo más, los carismáticos a menudo abandonan la Biblia y el verdadero sendero de la espiritualidad sin proponérselo, para andar errabundos por el camino de la experiencia hasta su inevitable callejón sin salida.

Los carismáticos cuya única fuerza se deriva de la experiencia última o más alta, de hecho, es más probable que sean débiles e inmaduros espirituales.

Ser “espiritual” significa sencillamente poseer el Espíritu Santo, como lo indica claramente Romanos 8:6-9, donde incluso dice que: “... si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él” (Romanos 8:9). Sin embargo, aunque todos los cristianos son espirituales por su posición en Cristo, no siempre son espirituales en su práctica. Es decir, no siempre actuamos espiritualmente. Por esa razón Pablo escribió acerca de los niños espirituales en 1 Corintios 3:1-3.

Una marca básica de la verdadera espiritualidad es una profunda conciencia del pecado (Lucas 5:8, Isaías 6:5), la gente espiritual comprende que está en una lucha a muerte con el pecado. Pablo dijo que él moría diariamente (1 Corintios 15:31).

La trampa en que muchos creyentes caen, es la de creer que su experiencia carismática resuelve la lucha con la carne. No es así, no importa qué clase de experiencia piensen que han tenido, no importa cuán a menudo hablen en lenguas; todavía enfrentan el mismo desafío que tienen los cristianos: la necesidad de andar en el Espíritu en obediencia a la Palabra y morir al yo y al pecado cada día.


Para empeorar la dificultad, cuando los carismáticos tropiezan, es improbable que reconozcan su responsabilidad por el fracaso. Culparán a los poderes demoníacos (argumentando poseer (¿?) el espíritu del adulterio, del enojo o la ira, de la envidia, etc.) en vez de volver a examinar su teología de la santificación.

El asunto es que la espiritualidad no es un estado permanente al que se entra en el momento en que uno es “tocado” con alguna clase de experiencia espiritual. Espiritualidad es simplemente recibir en nuestro corazón la Palabra de Dios todos los días y luego vivir en obediencia a ella a través de un andar en el Espíritu momento a momento (Gálatas 5:16, 25). El objetivo final de la espiritualidad es ser como Cristo (1 Corintios 1:11, Gálatas 2:20, Efesios 4:13, Filipenses 1:21).

II. UN ANÁLISIS DE HECHOS 2, 8, 10 Y 19

De los capítulos que estudiaremos, sólo el 2 y 8 indican que los creyentes sí reciben el Espíritu después de la salvación. En el 10 y 19 los creyentes fueron bautizados en el Espíritu en el momento de creer.

¿Y qué de las lenguas? Los creyentes hablaron en lenguas en Hechos 2, 10 y 19, pero no hay registro de lenguas en el capítulo 8. Si las lenguas debieran ser la experiencia normal, ¿por qué no se mencionan en Hechos 8 cuando los samaritanos recibieron el Espíritu Santo? ¿Por qué el texto en Hechos 2 al 4 no dice que todos los que creyeron después del sermón de Pedro (más de 5000 Hechos 4:4) y recibieron el Espíritu Santo (Hechos 2:38) también hablaron en leguas?

1) Hechos 2: 1-4

Juan 20:21-22 dice: “...habiendo dicho esto, sopló, y les dijo: Recibid el Espíritu Santo...”, pero esto no indica que en ese momento los apóstoles recibieron el Espíritu Santo, simplemente dice: “Recibid el Espíritu Santo” ¿Qué quería decir Jesús? La declaración era un voto o promesa que sería cumplida el día de Pentecostés. Declaraciones posteriores en Juan 20 parecen confirmar que los discípulos no recibieron el Espíritu allí en el aposento alto. Ocho días después Jesús vino a ellos donde estaban escondidos, llenos de temor, en un cuarto cerrado (Juan 20:26).


En Hechos 1:4, justo antes de su ascensión, Jesús reunió a los discípulos y les dijo que no se fueran de Jerusalén sino que esperaran la promesa del Padre, la promesa del Padre parece referirse a Juan 14:16, era una promesa que el Espíritu Santo vendría.

De nuevo en Hechos 1:8 notamos que la promesa todavía estaba sin cumplir. Si el Espíritu hubiera venido sobre ellos en Juan 20, el poder ya estaría allí y no habría nada por qué esperar. Notemos que Juan 7:39 declara explícitamente que el Espíritu no vendría hasta que Jesús hubiera sido glorificado, y que él no podía ser glorificado hasta que hubiera ascendido, también es conveniente ver Juan 16:7

Cuando el Espíritu Santo vino en pentecostés, fue establecido un nuevo orden, desde entonces el Espíritu Santo viene a cada creyente en el momento de la fe, y habita en él en una relación permanente y residente. Por eso Romanos 8:9 enseña que todos los cristianos han sido bautizados por el Espíritu en el cuerpo de Cristo, y en otro lugar dice que a todos se nos ha dado a beber de un solo Espíritu (1 Corintios 12:13).

John F. MacArthur cita a John R. Stott (2), quien sobre lo referido en el párrafo anterior dijo que:

Los 3000 no parecen haber experimentado el mismo fenómeno milagroso (el viento fuerte y violento, las lenguas de fuego, o hablar en lenguas extranjeras)....no obstante había esta diferencia entre ellos: los 120 ya eran regenerados y recibieron el bautismo del Espíritu sólo después de esperar en Dios por diez días. Los 3,000 por su parte eran incrédulos y recibieron el perdón de sus pecados y el don del Espíritu simultáneamente, y sucedió inmediatamente que se arrepintieron y creyeron, sin necesidad de esperar.

Esta diferencia entre los dos grupos, los 120 y los 3,000 es de gran importancia, porque la norma para hoy seguramente debe ser el segundo grupo, los 3,000, y no (como a menudo se supone) el primero.

El hecho de que la experiencia de los 120 fuera en dos etapas distintas se debió simplemente a circunstancias históricas...Nosotros vivimos después del acontecimiento de Pentecostés, como los 3,000. Con nosotros, por eso, como con ellos, el perdón de los pecados y el “don” o “bautismo” el Espíritu se reciben juntos (Baptism and Fulness “Bautismo y plenitud” (Downers Grove, III.: InterVarsity, 1976) pág. 28-29).

En Hechos 2 también encontramos que sólo los 120 hablaron en otras lenguas, por medio de las cuales comunicaron las obras maravillosas de Dios a todos los extranjeros reunidos en Jerusalén.

Dichas lenguas (3) tuvieron un propósito definido:

• Ser una señal de juicio sobre el Israel incrédulo (1 Corintios 1:22, 14:21),
• Mostrar la inclusión de otros grupos en una Iglesia, y
• Confirmar la autoridad espiritual de los apóstoles.

El acontecimiento registrado en Hechos 2, fue un prodigio singular. Este fue el primero y último pentecostés para la iglesia. Dios quería que todos supieran que algo inusitado estaba sucediendo y por eso hubo un sonido como de un viento recio. Hubo lenguas repartidas como de fuego sobre cada uno de los discípulos, y hablaron en otras lenguas.

Dios quería que todos los que recibieron ese bautismo inicial supieran que eran parte de un acontecimiento único y dramático. Dios quería que los peregrinos que estaban en Jerusalén, de diferentes países y regiones circundantes, escucharan el mensaje en sus propios dialectos (Hechos 2:7-12).

Podemos terminar diciendo que “hablar en otras lenguas” simplemente significa que ellos hablaban en un lenguaje diferente del que estaban acostumbrados a hablar, su lengua materna. Esto está bien claro, pues los judíos que estaban en Jerusalén habían venido de por lo menos 16 regiones diferentes y cada uno oyó que estos hombres, hablaban en la lengua peculiar de su tierra. El don de lenguas en Hechos 2, por tanto, fue nada más que la habilidad de hablar en una lengua que no habían aprendido. Judíos de varios países estaban presentes y todos oyeron enseñanzas inteligentes. Nada de lenguaje inarticulado que ninguno entendía, simplemente su propia idioma.

2) Hechos 8: 4-17

Otro acontecimiento importante para nuestro tema en estudio es el hecho de que los samaritanos que habían creído al evangelio, habían sido bautizados en el nombre del Señor Jesús, pero todavía no habían recibido el Espíritu Santo.

La razón para el intervalo entre la salvación de los samaritanos y su recepción del Espíritu Santo es que ellos estaban viviendo en un período de transición entre los pactos.

El odio entre los judíos y los samaritanos (4) era bien conocido. Si esos samaritanos hubieran recibido el Espíritu Santo en el momento de la salvación, la división terrible entre los judíos y los samaritanos pudiera haber continuado en la iglesia cristiana. Pentecostés hubiera sido un acontecimiento judío, y la iglesia hubiera sido formada exclusivamente por judíos creyentes en Cristo.

Si los samaritanos hubieran empezado su propio grupo cristiano, las rivalidades antiguas y los odios podrían haberse perpetuado, con una iglesia judía compitiendo contra asambleas samaritanas y gentiles. En lugar de eso, Dios retuvo la dación del Espíritu Santo a los samaritanos hasta que los apóstoles judíos pudieran estar con ellos. Todos necesitaban ver, en una manera que nadie pudiera rebatir, que el propósito de Dios bajo el Nuevo Pacto trascendía a la nación de Israel e incluía hasta a samaritanos en una iglesia.

Podemos resumir lo anterior, diciendo que:

a) Era importante que los samaritanos entendieran el poder y autoridad de los apóstoles.

b) Era importante que los judíos conocieran que los samaritanos eran parte del cuerpo de Cristo, y

c) Era importante que los samaritanos supieran que los apóstoles judíos eran los canales de verdad divina.

De manera adicional, es importante analizar Hechos 8:16 donde nos dice que “…porque aún no había descendido sobre ninguno de ellos…”, donde la palabra griega para “aún no” es OUDEPO El término no solamente significa algo que “no ha sucedido” sino algo “que debiera haber sucedido” pero aún no.



En otras palabras, el versículo dice que los samaritanos eran salvos, pero por alguna razón especial, lo que debiera haber sucedido –la venida del Espíritu Santo- no había ocurrido todavía.

Y así, aunque hubo un intervalo entre la recepción de Cristo por los samaritanos y su recepción del Espíritu Santo, se debió a la crucial transición que estaba sucediendo en la iglesia primitiva.

La brecha permitió a todos ver claramente que Dios estaba haciendo una nueva cosa en la iglesia. Probó a los apóstoles y a todos los otros creyentes judíos que fueron testigos, que los samaritanos eran aceptados por Dios en la iglesia, lo mismo que los creyentes judíos. Tenían al mismo Cristo, la misma salvación, la misma aceptación por Dios, y el mismo Espíritu Santo; y estaban bajo la misma autoridad apostólica. Este evento sirvió como una lección audiovisual para toda la iglesia de que la pared intermedia de separación ciertamente había sido derribada (Efesios 2:14-15).

Es interesante que en Hechos 8 no hay mención de lenguas o del sonido del viento.

3) Hechos 10:44-48

Un tercer pasaje a menudo citado como apoyo para la doctrina pentecostal y carismática de la subsecuencia es Hechos 10, que registra la salvación y la recepción del Espíritu Santo por Cornelio y otros gentiles en Cesarea de Filipo. El evangelio ciertamente estaba ahora alcanzando “hasta lo último de la tierra” (Hechos 1:8).

Si había una hendedura entre los samaritanos y los judíos, se había desarrollado un abismo prácticamente insalvable entre gentiles y judíos, por ejemplo:

a) Cuando un judío regresaba de viaje por un país gentil, se sacudía el polvo de sus pies y sus ropas porque no quería arrastrar suciedad gentil a Judea.
b) Un judío no podía entrar en la casa de un gentil y no comía alimentos cocinados por manos gentiles.
c) Algunos judíos ni siquiera compraban carne cortada por un carnicero gentil.



No obstante, el Señor le dio a Pedro una visión que le enseñó que Dios no hace diferencia entre personas. Justo después de que Pedro tuvo la visión, tres hombres vinieron a la casa donde él se estaba hospedando y le explicaron que ellos habían sido enviados por Cornelio, quien quería ver a Pedro y aprender más acerca de Dios. Recordando la visión que acababa de experimentar, Pedro se tragó su prejuicio judío y consintió en acompañar a los gentiles de regreso a Cesarea, donde vivía Cornelio. Una vez allí, Pedro presentó el evangelio. Cornelio y el resto de la gente presente creyeron.

Pedro y los otros judíos que lo habían acompañado al hogar de Cornelio estaban atónitos “porque el don del Espíritu Santo fue derramado también sobre los gentiles” (Hechos 10:45-46). Pedro concluyó, “¿Acaso puede alguno negar el agua, para que sean bautizados estos que han recibido el Espíritu Santo, igual que nosotros” (Hechos 10:47).

Dos cosas son dignas de notar aquí en relación con la doctrina carismática. Una, es que no hubo un intervalo entre la fe de Cornelio en Cristo y su recepción del Espíritu Santo. En segundo lugar, Pedro y los judíos que estaban con él estaban todos atónitos. ¿Por qué? Porque oyeron que los gentiles hablaban en lenguas y glorificaban a Dios. Aunque las lenguas eran primeramente una señal de juicio para el incrédulo Israel (1 Corintios 14:21-22), Dios repitió aquí el fenómeno como una manera de demostrar a los creyentes judíos que el Espíritu Santo había venido a los gentiles tal como lo había hecho con ellos.

Aquí estaba pasando lo mismo que en Samaria. Este era el tiempo de transición. Si no hubiera evidencia visible del Espíritu Santo, Pedro y los otros no se hubieran convencido tan rápidamente de que los gentiles eran ahora una parte del cuerpo de Cristo. Como sí hubo, los creyentes judíos vieron una demostración irrefutable de que esos gentiles estaban en Cristo. Pedro inmediatamente concluyó que ellos debían ser bautizados (Hechos 10:47). Obviamente Pedro estaba equiparando recibir el Espíritu Santo con la salvación. Los gentiles habían recibido el mismo Espíritu Santo que había venido a los judíos. Pedro sabía más allá de duda que ellos eran salvos y que debían ser bautizados.

Estos eventos estaban sucediendo por razones específicas en este período de transición histórica. Los gentiles recibieron el Espíritu Santo al tiempo de la conversión. Hablaron en lenguas, como prueba a todos de que ellos eran ahora parte de la iglesia (Gálatas 3:28, Efesios 2:14-18).


Al mismo tiempo, los gentiles podían reconocer la autoridad apostólica porque Pedro había estado con ellos y los había guiado a Cristo. Y más importante: ambos grupos sabían que tenían el mismo Espíritu Santo y eran parte del mismo cuerpo.

4) Hechos 19: 1-7

Hechos 19 sigue mostrando a la iglesia en transición. Aquí tampoco hay subsecuencia, ningún intervalo entre la salvación y el bautismo en el Espíritu. A algunos carismáticos les gustaría alegar que esa gente había sido creyente en Cristo antes del encuentro registrado aquí, pero un estudio del texto muestra claramente que no lo eran.

Los discípulos de Efeso no eran cristianos. Eran creyentes en el sentido del Antiguo Testamento. La suma de su conocimiento espiritual se detenía en Juan el Bautista, y de alguna manera, no estaban familiarizados con el ministerio de Cristo.

Notemos que aquellos doce discípulos de Efeso, una vez que escucharon acerca de Jesús, creyeron y fueron bautizados en su nombre. Cuando Pablo les impuso las manos, el Espíritu Santo vino sobre ellos y empezaron a hablar en lenguas y a profetizar (v.5-6).

Obviamente, esos discípulos no estaban buscando el Espíritu Santo ni las lenguas. Pablo inició la conversación acerca del Espíritu Santo. Ellos no habían escuchado de ninguno de los fenómenos asociados con la venida del Espíritu. La mayoría de las traducciones de Hechos 19:2, no captan completamente las implicaciones de la respuesta de los creyentes efesios a la pregunta de Pablo. En esencia ellos dijeron: “Ni siquiera habíamos oído que el Espíritu Santo había sido dado” (v.2). Es probable que ellos supieran del Espíritu Santo. Si ellos eran seguidores del bautismo de Juan lo habrían escuchado hablar del Espíritu (Lucas 3:16). Pero ellos no habían oído si el Espíritu Santo había sido dado o no. ¿Por qué? Porque todavía no habían escuchado nada acerca de Jesucristo.

Tan pronto como Pablo escuchó su respuesta, él empezó a indagar. En seguida se dio cuenta de que ellos eran discípulos, no de Jesucristo, sino de Juan el Bautista. Eran gente en transición, remanentes de los santos del Antiguo Testamento, todavía pendientes, todavía buscando a su Mesías, veinte años después de que Juan el bautista había muerto.

La siguiente acción de Pablo era muy predecible. En efecto él dijo: “Vosotros debéis ser elogiados. Os arrepentisteis como Juan enseñó, pero ahora debéis dar el siguiente paso: creed en el que vino después de Juan: Jesucristo”.

Nótese que después de que Pablo comprendió quiénes eran esos discípulos, él habló de Jesucristo, no del Espíritu Santo. Pablo sabía que todo lo que ellos tenían era el bautismo de Juan. Si hubieran confesado fe en Cristo y hubieran sido bautizados, hubieran tenido el Espíritu Santo. Pablo implicó eso cuando preguntó: “Bueno, si no habéis recibido el Espíritu, ¿Qué clase de bautismo habéis tenido?”. Pablo sabía que recibir el Espíritu al momento de creer en Cristo era el patrón normal para la iglesia después de Pentecostés.

El Espíritu es un don de Dios para todo creyente. Eso se enseña una y otra vez en las epístolas del Nuevo Testamento. Sin embargo, en ninguna parte comprueban la carismática de una segunda obra de gracia que es procurada por el creyente y hecha evidente por hablar en lenguas.

A propósito, Pablo tuvo su propia experiencia, registrada para nosotros en Hechos. El conoció al Señor Jesucristo en el camino a Damasco, e inmediatamente fue cambiado, de un asesino de cristianos, a un siervo del Señor.

Pablo estuvo ciego por tres días, después de los cuales vino Ananías a él y le impuso las manos para que pudiera recibir la vista y fuera “lleno del Espíritu Santo” (Hechos 9:17). Curiósamente, Hechos 9 no menciona que Pablo hablara en lenguas en esa ocasión. Sin embargo, más tarde él dijo a los corintios que el hablaba en lenguas más que todos ellos (1 Corintios 14:18).

CONCLUSIÓN

No cabe duda, el Espíritu Santo es dado por Dios a toda persona que recibe a Cristo por fe, y éste, permanece por siempre en el corazón del creyente, de tal manera, que no es bíblico enseñar o creer que un creyente debe anhelar que el Espíritu Santo venga a él, puesto que ya lo tiene, si es que de verdad a hecho confesión de fe.



(1)Los carismáticos, una perspectiva doctrinal. Pág. 172
(2)Los carismáticos, una perspectiva doctrinal. Pág. 175
(3)¿Qué eran precisamente esas lenguas? esto puede ser fácilmente aclarado en las propias Escrituras. Una lectura cuidadosa y atenta de Hechos 2:1-11 nos lleva a la conclusión que estas lenguas eran idiomas conocidos y hablados. En el v.3, 4 y 11 la palabra lenguas proviene del vocablo griego GLOSSA y se refiere a la lengua como órgano humano del habla (Marcos 7:33, Romanos 3:13, 14:11, 1 Corintios 14:9) y específicamente a un lenguaje de una tribu o un pueblo, y en el v.6 y 8 la misma palabra “lengua” proviene del vocablo griego DIALEKTO que se refiere a un lenguaje o dialecto de un país o distrito. Al hablar en lenguas también se le conoce como GLOSSOLALIA, de donde el término LALIA simplemente significa:hablar.
(4)Samaritano: Término que en el Nuevo Testamento señala a los habitantes de Samaria, raza mixta que resultó de la fusión del remanente israelita con los gentiles que los asirios llevaron a la región después de la caída de Israel (722 a.C.). En el tiempo de Jesús el ser samaritano era motivo de amargo desprecio (Juan 8:48), y los judíos trataban de evitar todo contacto con ellos (Juan 4:9). Jesús, sin embargo, varias veces puso como ejemplo a un samaritano para mostrar ante Dios que no hay acepción de persona (Lucas 10:33-37, Juan 4).

El don de lenguas


¿Se ha reanudado el don de lenguas en el siglo veinte? Los carismáticos tratan esa pregunta en una de dos maneras. Algunos dicen que el don nunca cesó, sólo declinó, y por eso los grupos que alegaban hablar en lenguas fueron los precursores de los movimientos pentecostal y carismático contemporáneos. Al asumir esa posición se ponen dentro de una tradición herética.

Por otra parte, muchos carismáticos conceden que las lenguas sí cesaron después de la era apostólica, pero creen que las manifestaciones contemporáneas de los dones son un derramamiento final del Espíritu y sus dones para los últimos días.

Un texto clave para pentecostales y carismáticos que toman este segundo criterio es Joel 2:28: “Sucederá después de esto que derramaré mi Espíritu sobre todo mortal. Vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán. Vuestros ancianos tendrán sueños; y vuestros jóvenes, visiones.”

Según Joel 2:19-32, antes del día final del Señor, el Espíritu de Dios será derramado en tal manera que habrá maravillas en el cielo, y sobre la tierra: sangre, fuego y columnas de humo. “El sol se convertirá en tinieblas, y la luna en sangre, antes que venga el día de Jehová, grande y temible” (v.31). Esa es obviamente una profecía del reino milenial venidero y no se refiere a nada más temprano. El contexto del pasaje de Joel hace de ésta, la única interpretación razonable.

Por ejemplo, Joel 2:20 se refiere a la derrota de “lo que viene del norte” que atacará a Israel en el apocalipsis del fin del tiempo. Joel 2:27 habla del gran avivamiento que traerá a Israel de regreso a Dios. Ese es otro rasgo de la Gran Tribulación que todavía no se ha cumplido. Joel 3 (v.12, 13, 14) describe el juicio de las naciones, un acontecimiento que viene después de armagedón y en conexión con el establecimiento del reino terrenal y milenial del Señor Jesucristo. Después en el capítulo 3, Joel hace una hermosa descripción del reino milenial (v.18). Claramente Joel 2 es una profecía del reino, que no se realizó completamente en Pentecostés (Hechos 2) o en ninguna otra ocasión desde entonces. Debe referirse a un tiempo que todavía está en el futuro.


Todavía hay, sin embargo, la pregunta de lo que Pedro quiso decir cuando citó Joel 2:28-32 sobre el día de pentecostés (Hechos 2:17-21). Algunos maestros de la Biblia dicen que Pedro estaba señalando a Pentecostés como un cumplimiento de Joel 2:28. Pero el día de Pentecostés no hubo maravillas en los cielos ni señales en la tierra; ni sangre ni fuego ni vapores de humo; el sol no se volvió tinieblas ni la luna en sangre y el gran día del Señor no llegó. La profecía no se realizó completamente; pentecostés fue solamente un cumplimiento parcial, o mejor aún, una vista previa de la culminación final. Lo que ellos estaban viendo en Jerusalén entre un puñado de gente era una señal de lo que el Espíritu de Dios algún día haría a un nivel mundial.

¿Cómo vamos entonces a explicar la experiencia carismática? Tomemos en cuenta las siguientes posibilidades:

1) Primero: las lenguas pueden ser satánicas o demoníacas. Recordemos que Satanás se especializa en falsificar la verdad (2 Corintios 11:13-15, 1 Timoteo 4:1, 1 Juan 4:1) y que él está detrás de toda religión falsa (1 Corintios 10:20). Por su puesto, no podemos aseverar que aquellos que en la actualidad hablan en lenguas, lo hacen por inspiración del diablo, porque sin duda hay otras razones, pero si debemos tomar en cuenta que el habla extática es común en las religiones falsas, sobre todo entre los que practican el ocultismo. De hecho hay tres cosas que atraen a la gente al ocultismo: adquirir conocimientos superiores, tener poder y don de sanidad. Asimismo, hay tres cosas que atraen gente al movimiento carismático: tener mayor conocimiento, tener poder y hacer sanidades.

2) Segundo: las lenguas son una conducta aprendida. Es muy probable que la mayor parte de la glossolalia contemporánea caiga en esta categoría, ya que es común que la mayoría de las personas hablen esencialmente de la misma manera, o que participen de cursos para aprender a hablar en lenguas. Por qué una persona tiene que aprender a recibir un don del Espíritu, es incomprensible. Sin embargo, el movimiento carismático está lleno de gente que gustosamente le enseñará a uno a hablar en lenguas, sobre todo, si tomamos en cuenta que para ellos, el hacerlo es una señal de madurez espiritual.

Sobre este punto Jack Matlick señala en su libro que Dennis Bennet, el padre del movimiento carismático, escribió un manual para enseñar a hablar en lenguas y que en el dice lo siguiente:

“Hablar en lenguas es la llave dorada que abre su espíritu, que permite al Espíritu Santo fluir y bautizar al resto de su ser. Hablar en lenguas es algo que usted hace como lo hace al hablar cualquier idioma. Si usted no abre su boca y empieza a hablar, nunca hablará en lenguas. Nunca hablaría un idioma si no estuviera dispuesto a hacer sonidos. Un niño pequeño que aprende a hablar no tiene palabras en su memoria, de modo que empieza a hacer sonidos que después tendrán sentido.

El Espíritu Santo está dispuesto a proveer las palabras para que los sonidos tomen la forma que él quiere y para que tengan el sentido que él quiere. Cuando usted decide hablar en lenguas, puede empezar haciendo un sonido, cualquier sonido que venga de los labios, una sola sílaba. Hablar en fe puede empezar a liberar su espíritu y cambiar su vida. Pero tiene que empezar a hablar. Cuando usted emite el primer sonido confiando que Dios le dará sentido, se convierte en la primera sílaba de su lengua. Usted ha empezado a hablar en el lenguaje que Dios tiene para usted. Sigue la próxima sílaba, y la siguiente, y empezarán las sílabas a fluir.

Al leer con detenimiento lo que dice ese autor carismático, vemos que las primeras sílabas que se deben de pronunciar no son para comprobar la espiritualidad, sino su nivel de inhibiciones. Es decir, es psicológico. Podemos enseñar a cualquier persona a balbucear y se sentirá bien, porque es un alivio; pero no es el don de lenguas de la Palabra de Dios.

3) Tercero: las lenguas pueden ser inducidas psicológicamente. La mayoría de la gente, en un tiempo o en otro, experimenta momentos cuando se siente un poco disociada, un poco confusa, un poco lánguida. Dadas las condiciones adecuadas, particularmente cuando hay mucho fervor emocional, una persona puede deslizarse fácilmente en un estado en el que ya no tiene control consciente. En un estado así, la glossolalia puede ser el resultado. La condición en la que la gente siente la euforia de la experiencia de las lenguas parece estar íntimamente relacionada con el estado hipnótico.

Es común el que los aspirantes a hablar en lenguas son a menudo instruidos explícitamente para entrar en la “renuncia pasiva del control voluntario”. Se les pide liberarse a sí mismos, entregar el control de su voz. Se les instruye para decir unas cuantas sílabas, sólo para dejarlas fluir. No deben pensar en lo que están diciendo, por ejemplo, Dick Iverson opina que:

“El alma y el cuerpo por sí mismos no están equipados con las facultades necesarias para la expresión completa del espíritu del hombre. El espíritu renacido se comunica con el Señor a través de una lengua o lenguaje renacido. El lenguaje que conoce nuestra alma y el pensamiento de nuestro entendimiento le ponen grandes restricciones a la libre expresión de nuestro espíritu. Nuestro espíritu, habitado por el Espíritu Santo, trasciende al alma y necesita de otros medios de expresión, aparte de aquellos que el alma provee. Por esto, es de gran valor no limitar las oraciones y la adoración a aquello que la mente comprende…” notemos cómo concluye el autor este párrafo “…Es una ventaja, no una desventaja, el no saber lo que uno está diciendo. Esto pasa por alto la limitada capacidad mental y lanza a la persona al reino ilimitado del Espíritu Santo”

CONCLUSIÓN

A pesar de que cada una de las posibilidades que se han mencionado son totalmente aplicables, lamentablemente mucha gente sigue procurando con fervor el hablar en lenguas, debido a que en su entorno han aprendido que quien lo hace “tiene una experiencia espiritual” profunda y nadie desea quedarse atrás.


1) MacArthur, John F. Los Carismáticos, una perspectiva doctrinal. Título del original: Charismatic Chaos. Traductor: Casa Bautista de Publicaciones. Editorial Casa Bautista de Publicaciones. 2da. ed. El Paso TX, 1995. 320 págs.
2) Matlick, Jack. Entendiendo el Movimiento Carismático, un análisis crítico a la luz de la Biblia. Ediciones las Américas, A.C. 1ra. ed. México, 1992. 115 págs.
3) Ministerio Palabra de Vida. Confusión Carismática. México [s.f.]. 25 págs.
4) W.E., Vine. Diccionario Expositivo de Palabras del Nuevo Testamento. Traducción y adaptación: S. Escuain. Editorial Clie. Barcelona, 1984. Volumen 1 (475págs.), 2 (401 págs.), 3 (413 págs) y 4 (539 págs.).



lunes, 5 de julio de 2010

Serie de predicaciones del Salmo 23

Te compartimos esta nueva serie de sermones, bájalas a tu computadora o reproductor de mp3 para que puedas escucharla, te será de bendición.

1. El Señor es mi Pastor

http://www.mediafire.com/?mjnz2mvm0im

2. El Señor es mi sustentador

http://www.mediafire.com/?qfnnqz1xyybnx1o

3. El Señor es mi guía

http://www.mediafire.com/?4ft97ks6ctar770

4. El Señor es mi fuerza

http://www.mediafire.com/?0msmzffmwx7b80r

5. El Señor es mi confianza

http://www.mediafire.com/file/6debkmsyd44m3j4/5El Señor es mi confianza.mp3

6. El Señor es mi protector

http://www.mediafire.com/file/s0m23imyy6t66ny/6El Señor es mi protector.mp3

jueves, 24 de junio de 2010

Predicaciones evangelísticas

Si aún no has recibido a Cristo como tu Salvador personal o no sabes qué es la salvación, te invitamos a escuchar los siguientes mensajes, te harán tomar una decisión que cambiará tu vida:

1. Poder para cumplir

http://tu.tv/videos/poder-para-cumplir

2. Las cuatro leyes espirituales

http://tu.tv/videos/las-4-leyes-espirituales

Predicaciones de Proverbios

De un total de 73 predicaciones, te compartimos sólo 41, pues lasprimeras no fueron grabadas. Son temas prácticos y de actualidad, todos con base en el libro de Proverbioshttp:

Escúchalas todas el línea y/o bájalas aquí mismo o en los link de abajo

http://www.divshare.com/download/16207896-030



1. El fin de la soberbia

2. Nuestras emociones

3. ¿Qué clase de esposa eres?

4. La obediencia de los hijos

5. La realidad del pecado

http://www.mediafire.com/?2y52z4cm5c6e0sc

6. El valor de la verdadera amistad

http://www.mediafire.com/?djfz0rle90q67ih

7.La honra de la vejez

http://www.mediafire.com/?7qr30e02tinn0ee

8. Capacitados para perdonar

http://www.mediafire.com/?g4dde4ghzly4cqx

9. De victoria en victoria

http://www.mediafire.com/?awmhw3o09zh243k

10. Lo que más agrada a Dios

http://www.mediafire.com/?awmhw3o09zh243k

11.Estorbos en la oración

http://www.mediafire.com/?sxeox9c2vo1dldn

12.En qué depositamos la confianza

http://www.mediafire.com/?jxf2dmr6ec2rhtl

13. Honremos nuestras palabras

http://www.mediafire.com/?1449o4ax28ez4u4

14. Cómo mejorar nuestras relaciones

http://www.mediafire.com/file/6p2d10p5eu0p0x1/36Cómo mejorar nuestras relaciones.mp3

15. Observados permanentemente

http://www.mediafire.com/file/2vwzyear3mzzoaw/37Observados permanentemente.mp3

16. La venganza

http://www.mediafire.com/file/njpuwtr4dktnwr8/38La venganza.mp3

17. Una vida amada o aborrecida

http://www.mediafire.com/file/h9wn7pc4et0b5yq/41Una vida amada o aborrecida.mp3

18. Nuestros tratos comerciales

http://www.mediafire.com/file/dwkvzms6vo6sh5g/42Nuestros tratos comerciales.mp3

19. Qué proyectos de vida tienes

http://www.mediafire.com/file/ljb3hnvro1qbw7i/43Qué proyectos de vida tienes.mp3

20. Dos destinos diferentes

http://www.mediafire.com/file/b786pz5s6th5ks2/45Dos destinos diferentes.mp3

21. Celo por Dios

http://www.mediafire.com/file/iymo0afax3w7fmi/46Celo por Dios.mp3

23. ¿Qué tiene de malo?

http://www.mediafire.com/file/e866pyq9779pk06/47Que tiene de malo.mp3

24. No nos dejemos llevar

http://www.mediafire.com/file/xewhmznahcjx48h/48No nos dejemos llevar.mp3

25. Alimento para el alma

http://www.mediafire.com/file/u3bbiyr52e022az/50alimento para el alma.mp3

26. El mejor empleado

http://www.mediafire.com/file/0o4bpr6rr4j98r4/51el mejor empleado.mp3

27. Caminando sobre las tormentas

http://www.mediafire.com/file/qtdpcjln9cr0w48/52Caminando sobre las tormentas.mp3

28. Corrige tu camino

http://www.mediafire.com/file/csjefq7fp6yhq0e/54Corrige tu camino.mp3

29. busquemos consejeros

http://www.mediafire.com/file/v36klnis6iao4xq/57Busquemos consejeros.mp3

30. Evita la ruina

http://www.mediafire.com/file/w569ufc5j6y6t64/58Evita la ruina.mp3

31. Purifica tu vida

http://www.mediafire.com/file/ov3zkj78bvmcs7a/59Purifica tu vida.mp3

32. No des la vuelta otra vez

http://www.mediafire.com/file/m4sjcll4rk878pf/61no des la vuelta otra vez.mp3

33. Como médicos nulos

http://www.mediafire.com/file/taqkaz8og3gi89o/62Como médicos nulos.mp3

34. ¿Tuve suerte?

http://www.mediafire.com/file/qd4e43y7pq8mf2b/63Tuve suerte.mp3

35. El odio

http://www.mediafire.com/file/igau4iurhsgqtx4/64El odio.mp3

36. El simple vs. el avisado

http://www.mediafire.com/file/h7x97xhwh9j6ogs/65El simple vs el avisado.mp3

37.El futuro de los hijos

http://www.mediafire.com/file/9xp8pv1vy90i1ho/69_el futuro de los hijos.mp3

38. La necedad

http://www.mediafire.com/file/451e5d797ei8o34/70_la necedad.mp3

39. Dios y los sabios

http://www.mediafire.com/file/mw17c51non1huh0/71Dios y los sabios.mp3

40. Cuidado con el chismoso

http://www.mediafire.com/file/b3n5qxfd7raijn7/72Cuidado con el chismoso.mp3

41. Si Dios quiere

http://www.mediafire.com/file/j66p3vrmgkttz1z/73Si Dios quiere.mp3

Serie de predicaciones de la obra misionera

La tarea primordial de la iglesia es la predicación del evangelio a todo el mundo, esta serie de mensajes es un reto para ocuparnos enla tarea que nos dejó el Señor Jesucristo

Puedes escucharlas en el siguiente link



Puedes bajarlas en los siguientes links


1.Acción misionera

http://www.mediafire.com/file/fen8m6mginomo95/1Accion misionera.mp3


2.Las misiones en el plan eterno de Dios

http://www.mediafire.com/file/u57qu6t1axy49e8/2Las misiones en el plan eterno de Dios.mp3


3. Las misiones, tema predominante de la Biblia

http://www.mediafire.com/file/m15apdpg4sn1kug/3Las Misiones, tema predominante de la Biblia.mp3


4. Las primeras referencias escriturales del plan misionero

http://www.mediafire.com/file/ldhqva8db8b3a88/4Las primeras referencias escriturales del plan misionero.mp3

5. Una promesa de alcance mundial

http://www.mediafire.com/file/uovjczu7jmc38oh/5Una promesa de alcance mundial.mp3


6. Un panorama general de las misiones en al A.T.

http://www.mediafire.com/file/7h7g4b978d905lk/6Un panorama general de las misiones en en AT.mp3

7. El poder para la tarea misionera

http://www.mediafire.com/file/v7at4fy8j46qtab/7El poder para la tarea misionera.mp3

8. El enemigo de la obra misionera

http://www.mediafire.com/file/krtdntyx6wyt2rh/8El enemigo de la obra misionera.mp3

9. Nuestra armadura para avanzar en la obra misionera

http://www.mediafire.com/file/79g5x26uq37a6u1/9Nuestra armadura para avanzar en la obra misionera.mp3

10. Impactemos al mundo con el evangelio

http://www.mediafire.com/file/afyn1dwxvojbfuc/10Impactemos al mundo con el evangelio.mp3

11. Jesucristo y el trabajo misionero

http://www.mediafire.com/file/hk5rzspardcczju/11Jesucristo y el trabajo misionero.mp3

12. El ejemplo misionero de las primeras iglesias

http://www.mediafire.com/file/tqnq54mqy50ak19/12El ejemplo misionero de las primeras iglesias.mp3

13. El ejemplo misionero del apóstol Pablo

http://www.mediafire.com/?izju2ztojyy

14. La pasión misionera de Pablo

http://www.mediafire.com/?4ydoyzkzjjavwua

15.¿Tienes mentalidad misionera?

http://www.mediafire.com/?fk6iu47919qdkdw

16. El llamado al ministerio pastoral o misionero

http://www.mediafire.com/?ulezar1a2xjaari


17. Las virtudes de un futuro predicador o misionero

http://www.mediafire.com/file/n9nh3nkrq67i4t9/17Las%20virtudes%20de%20un%20futuro%20predicador%20o%20misionero.mp3

18.La oposición al llamado misionero mundial

http://www.mediafire.com/file/e0w1yhgvptj4vvd/18La%20oposici%F3n%20al%20llamado%20misionero%20mundial.mp3

19.Razones inválidas para no ir al campo misionero

http://www.mediafire.com/file/y53ldwn44zzp37j/19Razones%20invalidas%20para%20no%20ir%20al%20campo%20misionero.mp3

20. El financiamiento de la obra misionera

http://www.mediafire.com/file/ve2mk27rfs902w1/20El%20financiamiento%20de%20la%20obra%20misionera.mp3

21. El elemento fundamental para la obra misionera

http://www.mediafire.com/file/15z83d060xbpk1l/21El%20elemento%20fundamental%20para%20la%20obra%20misionera.mp3

22.Una iglesia, la meta final del trabajo misionero

http://www.mediafire.com/file/t29p0scydcjj3rt/22Una%20iglesia%2C%20la%20meta%20final%20del%20trabajo%20misionero.mp3

Series de predicaciones del Salmo 119

Te invitamos a escuchar nuestras series de predicaciones

Serie 1.Salmo 119


El Salmo 119 es un capítulo extraordinario y de mucha actualidad, a través de 63 mensajes escucharás como la Palabra de Dios anima conforta, consuela, reprende y se aplica a cada momento de tu vida.



Te invitamos a escuchar toda la serie, sin duda te será de mucha bendición, te Aseguramos que antes no lo habías estudiado con tanto detalle.

1. Como ser bienaventurado (v.1-3)

http://www.livevideo.com/video/AEFCA15CCB264B5FBBE2E91CD3185717/1-como-ser-bienaventurado.aspx

2. Un mensaje claro (v.4-6)

http://www.livevideo.com/video/643C48DAE9034BC8B98B3D4D9F2C1CF0/2-un-mensaje-claro.aspx

3. Decisiones Sabias (v.7-8)

http://www.livevideo.com/video/0412006B2BFC49FEB186CF3C74F2190B/3-sabias-decisiones.aspx

4. La pasión de un corazón sabio (v. 9-1)

http://www.livevideo.com/video/D218F3037A194FF29D38C51D3C684EAF/4-la-pasi-n-de-un-coraz-n-sabi.aspx

5. Necesidades de una vida cristiana saludable (v.11-16)

http://www.livevideo.com/video/F921E87FD0444EEABBD500EA4693C5A7/5-necesidades-de-uan-vida-cris.aspx

6. Actitudes mejor para aprender (v.17-19)

http://www.livevideo.com/video/295213B000D4470D8015D57960FEF632/6-actitudes-para-aprender-mejo.aspx

7. El clamor del alma (v. 20)

http://www.livevideo.com/video/B4D9561AFDFF44C882B7348D6BF92EFB/7-el-clamor-del-alma.aspx

8. Afrontando la vida sin temor (v.21-24)

http://www.livevideo.com/video/45BA0FABEF4E4D5596D3B18161DBB329/8-afrontando-la-vida-sin-temor.aspx

9. Un alma abatida (v.25-27)

http://www.livevideo.com/video/C938F21F966547C8846C17463D403DA0/9-un-alma-abatida.aspx

10. La ansiedad del alma (v.28-29)

http://www.livevideo.com/video/5511E233C73D4A919F0E6DA314F94A18/10-la-ansiedad-del-alma.aspx

11. Decisiones firmes (v.30-32)

http://www.livevideo.com/video/3B3B2E0973174B52914893A9D854143F/11-decisiones-firmes.aspx

12. Comprometedora una oracion (v.33-35)

http://www.livevideo.com/video/F07F8BDACBD2486FAB574DBE7CFE957F/12-una-oraci-n-comprometedora.aspx

13. Rechazando lo incorrecto (v.36-37)

http://www.livevideo.com/video/08D4C4042BDE4855A12EB1BCA81ACFC1/13-rechazando-lo-incorrecto.aspx

14. Reafirmando la confianza (v.38-40)

http://www.livevideo.com/video/FAC83A0056634CC4A6D99FF2E1C8E0A9/14-reafirmando-la-confianza.aspx

15. Tres deseos fervientes (v.41-43)

http://www.livevideo.com/video/0AC8F6F4E503488B895D998A0284CFFD/15-tres-deseos-fervientes.aspx

16. Un pacto de fidelidad (v.44)

http://www.livevideo.com/video/7235ED22C5F7498D9054B20CD93843DA/16-un-pacto-de-fidelidad.aspx

17. El resultado de confiar en Dios (v.45-48)

http://www.livevideo.com/video/6DC80ED4D2C24D92942BBDC07405C538/17-el-resultado-de-confiar-en-.aspx

18. La utilidad de las Escrituras (v.49-51)

http://www.livevideo.com/video/BC1736F8E6E94F7FA2CC892EB5C76CD4/18-la-utilidad-de-las-escritur.aspx

19. actitudes en la vida cristina (V.52-56)

http://www.livevideo.com/video/EF873C02E60144EB9705A952378E6C98/19-actitudes-en-la-vida-cristi.aspx

20. Las Cualidades de quien ama a Dios (v.57-60)

http://www.livevideo.com/video/76319084FEC045F18848D2919C0877DC/20-las-cualidades-de-quien-ama.aspx

21. Sin excusas (V.61)

http://www.livevideo.com/video/92DAF5F568AE4B459F1488DCEAA93937/21-sin-excusas.aspx

22. Cómo cuidar nuestra vida espiritual (v.62-64)

http://www.livevideo.com/video/0A5BBDD52E6A4F72804221778F7E0404/22-c-mo-cuidar-nuestra-vida-es.aspx

23. Atributos de Dios (v.65-68)

http://www.livevideo.com/video/C8B35F308E0046548AA71EE5B49BC2C5/23-atributos-de-dios.aspx

24. Todo lo contrarios (v.69-72)

http://www.livevideo.com/video/92816A6765E9449CBC5BF6BC856E9216/24-todo-lo-contrario.aspx

25. El don de la vida (v.73)

http://www.livevideo.com/video/E05F992897B54680BCF0F1528CE7F115/25-el-don-de-la-vida.aspx

26. Para ser de bendición (v.74)

http://www.tu.tv/videos/26-para-ser-de-bendicion

27. Un refugio seguro (v.75-777)

http://www.tu.tv/videos/27-un-refugio-seguro

28. Busquemos la protección de Dios (v.78-79)

http://www.tu.tv/videos/28-busquemos-la-proteccion-de-dios

29. Peticiones especiales (v.80)

http://www.tu.tv/videos/29-peticiones-especiales

30. Esperanza enmedio delquebranto (v.81-83)

http://www.tu.tv/videos/30-esperanza-en-medio-del-quebranto

31. Manso y humilde de corazón (v.84-87)

http://www.mediafire.com/file/33e3s264aro193y/31_Manso y humilde de corazón.mp3

32. Un hombre de compromiso (v.88)

http://www.tu.tv/videos/32-un-hombre-de-compromiso

33. Todo espermanente (v.89-91)

http://www.tu.tv/videos/33-todo-es-permanente

34. El poder de la Palabra de Dios

http://www.mediafire.com/file/auk5rr57i2o2n5z/34El poder de la Palabra de Dios.mp3

35. Las conclusiones de un corazón diligente

http://www.mediafire.com/?xa1ku98buwtubu2

36. Sabiduría de lo alto

http://www.mediafire.com/file/21w682w9prp12ak/36Sabiduría de lo alto.mp3

37. Una vida nueva

http://www.mediafire.com/file/e9jd4npizmhedl3/37Una vida nueva.mp3

38. Luz, en medio de las tinieblas

http://www.mediafire.com/file/4uqbkkpsnhdqci4/38Luz, en medio de las tinieblas.mp3

39.

40. Nada termina

http://www.mediafire.com/file/megt5vknvr3x5wr/40Nada termina.mp3

41. Cómo cuidar nuestro corazón

http://www.mediafire.com/file/4aai3rvxayxf277/41Como cuidar nuestro corazon.mp3

42.La justa disciplina de Dios

http://www.mediafire.com/file/9fjdah7d0lgfzdn/42La justa disciplina de Dios.mp3

43. La base de la oración

http://www.mediafire.com/file/uc2wsjuar2c3o8d/43La base de la oracion.mp3

44. Los deseos de un buen siervo de Dios

http://www.mediafire.com/file/asgdfg2677qgzoc/44Los deseos de un buen siervo de Dios.mp3

45. Luz en el camino

http://www.mediafire.com/file/rq6bs40r5mffsok/45Luz en el camino.mp3

46. Dependencia absoluta

http://www.mediafire.com/file/4a46ax76wdy1jlm/46Dependencia absoluta.mp3

47.El rostro y la Palabra de Dios

http://www.mediafire.com/file/hudj549k2xbs43h/47El rostro y la palabra de Dios.mp3

48. Celo por Dios

http://www.mediafire.com/file/4najuho6gv47vvx/48Celo por Dios.mp3

49. Un Dios justo

http://www.mediafire.com/file/wgywearo5hrlrhz/49Un Dios justo.mp3

50. Sin ninguna duda

http://www.mediafire.com/file/31d4aa3au1tlxix/50Sin ninguna duda.mp3

51. Librado en justicia por la Palabra de Dios

http://www.mediafire.com/file/1yc56hdbqor66r1/51Librado en justicia por la palabra de Dios.mp3

52. Una oración bien dirigida

http://www.mediafire.com/file/nldeigct9uqxe3h/52Una oración bien dirigida.mp3

53. Confianza plena

http://www.mediafire.com/file/6hzbsz97j2b7knb/53Confianza plena.mp3

54. Involucrando a Dios

http://www.mediafire.com/file/whr3yb6nbq5h1ni/54Involucrando a Dios.mp3

55. Rompiendo relaciones

http://www.mediafire.com/file/irg12e1cciwhbd7/55Rompiendo relaciones.mp3

56. Qué pesa más

http://www.mediafire.com/file/h5jv85ae52bxbg5/56_que pesa mas.mp3

57. Razones para alabar a Dios

http://www.mediafire.com/file/vd9wyjhcb6vgppn/57Razones para alabar a Dios.mp3

58. La paz de Dios

http://www.mediafire.com/file/65pxh4c66ep6pgh/58La paz de Dios.mp3

59. Ante los ojos del Señor

http://www.mediafire.com/file/7coja45jofwh7vd/59_Ante los ojos del Señor.mp3

60. La necesidad de ser escuchado

http://www.mediafire.com/file/54ycw8dogfeqgco/60_La necesidad de se escuchado.mp3

61. Abramos nuestros labiso con sabiduría

http://www.mediafire.com/file/zb82g3ynzqdqrfv/61Abramos nuestros labios con sabiduría.mp3
62. La primera opción

http://www.mediafire.com/file/m495cxx8ud4a215/62La primera opción.mp3

63. Bajo la gracia de Dios

http://www.mediafire.com/file/ef0llzs6ms95dlz/63Bajo la gracia de Dios.mp3

miércoles, 23 de junio de 2010

Diezmos y ofrendas

Dios ha establecido el diezmo y las ofrendas para sostener las necesidades de sus siervos y de su casa.

1. EL DIEZMO.

Algunas iglesias han enseñado que el diezmo era parte de la Ley de Moisés y que por lo tanto la iglesia ya no debe darlo, pero veamos lo que dice la Biblia tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento:

a) El Antiguo Testamento

Abraham lo practicó 640 años antes que Moisés lo estableciera como un mandato dentro de la Ley (Levítico 27:30; Génesis 14:18-20).

Al volver de derrotar a los cuatro reyes que tomaron Sodoma y Gomorra, en agradecimiento a Jehová, Abraham ofreció los diezmos a Melquisedec rey de Salem (Hebreos 7:1-10).

Jacob lo prometió a Jehová 150 años después de Abraham (Génesis 28:20-22) cuando iba camino a Harán (tierra de Labán su tío), también como consecuencia de las bendiciones de Dios; es decir, no había nada que lo obligará a él o a Abraham o a cualquier otro a practicar el diezmo, solamente su corazón y un espíritu de agradecimiento a Jehová. Qué gran enseñanza, el nieto de Abraham aprendió a hacer lo mismo que él: ser agradecido con Dios.

Antes de la Ley, el diezmar se estableció en el corazón de los hombres como una necesidad de reconocer que todo lo que tenemos o ganamos, procede de la mano de Dios.

La Biblia nos enseña que un corazón agradecido, no necesita tener un mandamiento para diezmar a Dios, porque su fe le impulsará a dar con generosidad, lo cual, a muchos nos cuesta hacer.

Antes de ver esta enseñanza en el Nuevo Testamento, es necesario aprender que cuando el cristiano diezma del producto de su trabajo, sin darse cuenta, esta protegiendo su corazón de la avaricia; pero cuando no lo hacemos, lamentablemente estamos cayendo en tentación y lazo y pecamos contra Dios.

La Biblia dice que “…raíz de todos los males es el amor al dinero…” (1 Timoteo 6:10), este fue precisamente el problema del pueblo de Israel (Deuteronomio 8:11-18), creyeron que Jehová no tenía nada que ver con su prosperidad y lo por tanto, no diezmaban.

b) El Nuevo Testamento. Antes de ver lo que dice el nuevo Testamento, hay que dejar en claro tres cosas:

Primero: Tenemos que recordar que ya no estamos bajo la Ley, sino bajo la gracia, por esta razón vivimos bajo los mandamientos que Cristo enseñó o confirmó en el Nuevo Testamento ¿todos de acuerdo? ¿Qué significa entonces que el hombre ya no vive bajo la Ley? sencillamente significa que todos los ritos y actos de purificación que tenían que practicarse para expiar los pecados (cubrir para que fueran pasados por alto ) ya no son necesarios, porque Cristo ya hizo el sacrificio perfecto para que nuestros pecados sean borrados por completo.

Segundo; Que vivir bajo la gracia no significaba que ya no tenían que obedecer los mandamientos básicos, dados no por Moisés, sino por Dios: no tendrás dioses ajenos delante de mí, no matarás, no cometerás adulterio, no hurtarás, no codiciarás la casa de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo, etc, porque cada uno de los mandamientos que formaban fa columna vertebral EXCEPTO el guardar el sábado son ratificados en el Nuevo Testamento.

Tercero: Que vivir bajo la gracia, contrario a lo que muchos piensan, implica MAYOR RESPONSABILIDAD que vivir bajo la Ley, sólo basta ver el ejemplo del Sermón del Monte (Mateo 5:21-22; 27-28; 31-32; 33-34; 38-39; 43-44).

Ahora bien, si vivir bajo la gracia implica mayor responsabilidad, veamos cómo trató el Señor el caso del diezmo:

El caso de los escribas y fariseos (Mateo 23:13-23), en esta porción de la Escritura el Señor Jesucristo llama “guías ciegos, insensatos y necios” a los escribas y fariseos, debido a la ACTITUD con la que cumplían ciertas cosas de la Ley, llegamos así al v.23 donde habla del diezmo, analicemos bien este versículo y respondamos ¿los reprende por diezmar o les dice que ya no deben hacerlo?, las respuestas son un rotundo NO, porque el diezmar era algo correcto ante Dios, pero no la actitud con la que lo hacían.

En este momento cabe hacernos una pregunta ¿por qué Jesucristo no hablo acerca de la necesidad de diezmar? ¡Porque ya sabían hacerlo!, el único problema, era que creían que por diezmar, ya se podían olvidar de hacer misericordia.

¿Debemos entonces los cristianos de hoy llevar nuestros diezmos a Dios? Sí, pero sin dejar hacer el bien.

Para entender mejor lo dicho en la última parte del párrafo anterior, veamos, el caso del fariseo y el publicano (Lucas 18:9-14), este el caso de muchos cristianos, que consideran que su justicia es mayor debido a las obras que hacen y a los diezmos que dan a la iglesia, pero el Señor Jesús vuelve a insistir en lo mismo, en condenar no el hecho de que el publicano hiciera ciertas cosas o dejara de hacer otras, sino la actitud incorrecta delante de Dios.

¿Por qué entonces es mayor responsabilidad el diezmar en la actualidad? Porque en el periodo de la gracia, para la iglesia, el diezmo ya no debe ser un límite, sino lo menos que debemos darle a Dios. Pablo escribió “el que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará” (2 Corintios 9:6). David dijo “todo es tuyo, y de lo recibido de tu mano te damos” (1 Crónicas 29:14), “De Jehová es la tierra y su plenitud; el mundo y los que en él habitan” (Salmo 24.1).

Ahora que hemos determinado bíblicamente la necesidad de diezmar, recordemos por qué es importante hacerlo:

a) Porque si diezmo, estoy obedeciendo a Dios y habrá bendición. “...Dad, pues, a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios...” (Mateo 22:21). Respecto al dinero, hemos de darle a Dios lo que le corresponde (Malaquías 3:10; Proverbios 3:9-10; 2 Corintios 9:8). De Dios recibiremos en abundancia para volver a dar y compartir con los demás.

b) Porque si no diezmo, estoy robando a Dios (o lo que es lo mismo, pecando contra Dios. (Malaquías 3:8- 10; Deuteronomio 14:22; Hageo 1:3-1 1).

c) Porque cuando diezmo, Dios cubre las necesidades de sus siervos (Mateo 10:9-10).

Desde el momento en que los apóstoles fueron a predicar la Palabra, tenían derecho a esperar que aquellos a quienes eran enviados, les proveyeran de lo necesario para su sustento (1 Timoteo 5:17-18 comp. Deuteronomio 24:15, 25:4, Levítico 19:13), lo mismo enseñó Jesús a los setenta (Lucas 10:7; 1 Corintios 9:7-14).

¿Por qué el pastor o pastores son sustentados con los diezmos?, además de lo explicado en los párrafos anteriores, porque los diezmos eran exclusivamente para el sostenimiento de los levitas y sacerdotes, “…he aquí yo he dado a los hijos de Leví todos los diezmos en Israel por heredad, por su ministerio, por cuanto ellos sirven en el ministerio, del tabernáculo de reunión...” (Números 18:21-28 “Se os contará vuestra ofrenda como grano de la era” (v.27) Levítico 27:30-32, Deuteronomio 12:19).

2. LAS OFRENDAS

¿Si el diezmo era sólo para cubrir las necesidades de los Levitas, cómo se cubrían las necesidades del Tabernáculo? Veamos:

a) Con las ofrendas voluntarias (Deuteronomio 12:6).
b) Moisés levantó una ofrenda especial para la construcción del Tabernáculo (Éxodo 35:4-5). Lo hizo por mandato de Dios (Éxodo 25:1-8).
c) David preparó una ofrenda abundante para que Salomón construyera el templo (1 Crónicas 1-5, 29:2), e invitó al pueblo a ofrendar (1 Crónicas 29:5-6).
d) Jesús vio la ofrenda de la viuda pobre (Lucas 21:2).
e) Pablo levantó una ofrenda para los pobres de Jerusalén (Romanos 15:26. 31, 18:1).
f) Las ofrendas deben darse según la prosperidad de cada uno (Deuteronomio 16:17; 1 Corintios 16:2; 2 Corintios 9:7).

martes, 22 de junio de 2010

1. La salvación y la seguridad de vida eterna

Pasaje central

De cierto, de cierto os digo. El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida (Juan 5:24).

1) Qué es la salvación

Es el perdón absoluto de todos nuestros pecados de parte de Dios. Es tener en vida la seguridad de que al morir, iremos a morar al cielo con Él (Filipenses 1:20-21). Es ser librado de la condenación eterna en el infierno.

2) Por qué necesitamos ser salvos

La Biblia dice que Dios creó al hombre y lo puso en el huerto del Edén con el propósito de que viviera siempre en comunión con Él; pero, le dio también la libertad de decidir entre vivir siempre en obediencia a sus mandatos o en rebelión hacia ellos, en este último caso, habría una consecuencia (Génesis 2:16-17); lamentablemente, el hombre desobedeció a Dios (comió del fruto del árbol del bien y del mal), entonces, primeramente murió espiritualmente, es decir, al desobedecer, se rompió su comunión íntima con su creador, y con el paso del tiempo también murió físicamente (Génesis 5:5), todo lo cual no era deseo de Dios que ocurriera; sin embargo, el hombre tuvo que pagar la consecuencia de su pecado (desobediencia).

En virtud de lo anterior, a partir de Adán, todos los hombres hemos nacido con la misma naturaleza pecaminosa, por eso dice la Biblia que todos somos pecadores (Romanos 5:12; Eclesiastés 7:20; Romanos 3:10-12), por lo tanto, aunque físicamente estamos vivos, espiritualmente estamos muertos delante de Dios (Efesios 2:1, 5) y condenados a permanecer así por la eternidad.

Necesitamos ser salvos, porque somos pecadores y estamos separados de Dios (Romanos 3:23), su voluntad es que todos los hombres seamos salvos de la condenación eterna (1 Timoteo 2:4), que tengamos vida y que estemos para siempre con Él (Juan 10:10; Romanos 6:23).

3) Cómo podemos ser salvos

El hombre no puede hacer nada por sí mismo para salvarse porque es pecador, ninguna obra humana, por buena que esta sea, lo puede librar de su condición (Efesios 2:8; Tito 3:5); sin Cristo, está perdido. La Biblia nos tiene buenas noticias; Dios ama al hombre, por eso, envió a su Hijo Jesucristo a este mundo y lo entregó como el sacrificio único y perfecto por nuestros pecados (1 Juan 4:9).

“…Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna…”
(Juan 3:16)


Para ser salvos, debe haber en nosotros: arrepentimiento y fe.

La Biblia nos hace un profundo llamado al arrepentimiento: Mateo 3:1-2, 4:17, Marcos 6:12, Hechos 26:20, 2 Pedro 3:9. Arrepentirse no es un remordimiento pasajero, es reconocer que somos pecadores y el deseo profundo y sincero de tener un cambio absoluto de vida, y de dejar de hacer todo aquello que a Dios no le agrada. Tener fe, es creer que al confesar de todo corazón nuestros pecados a Dios, Él puede perdonarnos absoluta y completamente (Romanos 3:24-26; 5:1; 10:9-10).

La salvación no es una “experiencia” religiosa o un sentimiento, es una decisión; es la decisión de abandonar el pecado y la decisión de orar y pedirle a Dios el regalo de la vida eterna, en virtud de que nos hemos arrepentido de nuestros pecados y de que hemos tenido fe en Él, por medio de Jesucristo (Hechos 17:30 “Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan”).

Tomar la decisión de arrepentirnos, es darnos cuenta que ninguna religión, hombre, ídolo o filosofía nos ofrece la salvación de nuestra alma y el perdón de nuestros pecados, pues sólo Cristo tiene este poder (Hechos 4:12 “Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos”).

Sólo necesitamos ser salvos una vez, pues cuando Dios ha perdonado todos nuestros pecados somos hechos hijos de Dios (Juan 1:12), tenemos la esperanza de vida eterna, la cual no perderemos jamás (1 Juan 5:11-13), al morir, nuestro cuerpo irá a la tumba; pero nuestro espíritu morará con Él en el cielo (Filipenses 1:21; 2 Corintios 5:1; Hebreos 10:34). Cristo ha venido a morar para siempre en nuestro corazón por medio de su Espíritu Santo (1 Juan 3:24; 1 Corintios 6:19-20; 1 Tesalonicenses 4:8).

Ser salvo no significa que nunca volveremos a pecar, o que ahora que tenemos la seguridad de vida eterna somos libres de pecar y hacer cualquier cosa; como veremos en otra clase posterior, ser salvo nos da la responsabilidad de vivir una vida agradable a Dios. La salvación es como un nuevo nacimiento, porque al recibir a Cristo en nuestro corazón, volvemos a nacer espiritualmente delante de Dios. Dios ha hecho su parte, haz la tuya ahora y recibe el regalo de la vida eterna; si ya lo has hecho; entonces ora a Él para que aumente tu fe, te ayude a crecer en conocimiento y obediencia de lo que manda en su palabra (La Biblia).

El cristiano puede siempre estar seguro de su salvación, pues ésta es eterna y ahora, nada podrá separarle del amor de Dios (Romanos 8:35-39; Hebreos 5:9; 7:25; 9:15).

¿Quieres recibir a Cristo?

Inclina tu rostro, cierra tus ojos, ora a Dios y dile con tus propias palabras:

1.Que reconoces que naciste en pecado y que has pecado
2. Que te arrepientes de ser pecador
3.Que te perdone por todos el pecado quehay en tuvida
4. Que tienes fe en que Jesucristo murió y resucitó por tí
5. Que invitas a Cristo a vivir en tu corazón

Termina diciendo: "en el nombre de Cristo, amén"

¿Lo has hecho de corazón?

Entonces ahora has recibido el regalo de la vida eterna

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