martes, 28 de diciembre de 2010

¡DIOS TE AMA!






I. POR ESO LE IMPORTA TU VIDA

Sin importar quiénes seamos en este mundo, estamos expuestos a pasar por momentos difíciles que incluso pueden provocarnos ansiedad y desesperación, en esos momentos muchos cuestionan ¿Dónde está Dios? Porque creen que si existiera, no pasarían por tragedias; sin embargo la Biblia dice:

1. Que podemos echar toda nuestra ansiedad sobre Él, porque tiene un gran interés en nosotros (1ª Pedro 5:7).
2. Que está cerca para salvar a los que tienen el corazón hecho pedazos y han perdido la esperanza (Salmo 34:18).

Dios no se goza cuando tú o alguna otra persona están en dificultades, de hecho, quisiera tener una relación real y personal contigo; pero hay una gran barrera que no le permite hacerlo: El pecado (Romanos 3:23; Eclesiastés 7:20).


II. POR ESO ENVIÓ A JESUCRISTO

El problema no está en Dios, sino en el hombre, nacimos en pecado, por eso desde pequeños tendemos a ser envidiosos, maldicientes, mentirosos, vengativos, infieles, violentos, etc.
Las consecuencias del pecado son tan serias, que al morir nuestro destino inmediato sería el infierno (Mateo 10:28) y aunque hiciéramos muchas buenas obras, no podríamos salvarnos de dicho lugar (Efesios 2:8).

¿Si tú murieras en esta noche, a dónde iría tu alma?

Dios te ama, no importa quién seas; por ti, dio a su Hijo, nació a través de una virgen; creció, murió y resucitó para dar vida eterna (1ª Corintios 15:1-4).

III. POR ESO TE OFRECE PERDÓN Y SALVACIÓN

El hombre más dichoso no es el rico, ni el que no tiene conflictos en su vida; sino aquel a quien Dios le perdona sus pecados (Romanos 4:7-8).

Realmente Dios te ama, te conoce desde que naciste y no quiere que tú, ni nadie, vivan eternamente en un lugar de condenación; por eso, a través de Jesucristo puedes salvarte y ser perdonado de todos tus pecados.

¿Qué debes hacer?

Es necesario que reconozcas que eres pecador porque naciste en esa condición y porque a través de tu vida, al igual que toda persona, has pecado.

También debes arrepentirte sinceramente, inclina tu rostro y desde lo más profundo de tu corazón pide perdón a Dios con tus propias palabras.

Considera lo que dice la Biblia:

“Que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor,
y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia,
pero con la boca se confiesa para salvación”
Romanos 10: 9-10

No temas, Dios te ama y no sólo tiene el poder de perdonarte, sino de dar paz a tu alma, aquello que nada material ni humano puede hacer.

Si tienes una Biblia, no dudes en leer cada verso señalado en este folleto.