martes, 22 de junio de 2010

2. El Bautismo

Pasaje central

“...Y muchos de los corintios, oyendo, creían y eran bautizados” (Hechos18:8).

1) Qué es el bautismo

Es una ordenanza instituida por Jesucristo que consiste en la inmersión total del creyente en agua. Es el segundo paso de obediencia del creyente y es la forma mediante la cual te agregas a la membresía de una Iglesia local.

Aplicar al bautismo sólo por rociamiento no es bíblico, pues la misma palabra “bautizo” significa inmersión completa, en este caso, en agua.

2) Quiénes deben bautizarse (Un candidato idóneo)

Sólo aquellos que han sido salvos por fe en Jesucristo pueden ser bautizados, es decir, que el bautismo NO limpia pecados, y que este acto de obediencia es posterior a la salvación personal del creyente (Mateo 28:19-20, Hechos 2:41, 8:37-38, 10:44-48, 16:30-31).

Cuando Pedro dice: “…Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo” (Hechos 2:38), no habla de salvación por bautismo, pues en 1ª Pedro 3:21 Él mismo aclara que sólo se trata de una forma de mostrar obediencia hacia una vida plena.

Entendamos mejor lo anterior y para ello dos palabras son clave, la conjunción “y” que antecede a “bautícese”, que en griego es “kai” que significa también y “para” que antecede a “perdón”, que es el griego “Eis” que significa estar dentro. ¿Qué es entonces lo que dijo el apóstol? Que una persona que ya está dentro de aquellos cuyo pecado ha sido perdonado, también deben de bautizarse. Pedro sólo predicó salvación en Cristo (Hechos 2:21, 3:19,4:12).

En virtud de lo anterior, nuestra iglesia no bautiza niños; pues aunque han nacido pecadores; aún no tienen la capacidad de elegir entre rechazar el sacrificio de Cristo en la cruz, o aceptar su regalo de vida eterna. Creemos que si un niño muere antes de ser capaz de tomar una decisión al respecto, al momento de su muerte, Dios aplicará a su favor el sacrificio de Cristo y será recibido en el cielo por la eternidad (Lucas 18:16).


3) Quién debe aplicar el bautismo

a) Una autoridad idónea: La Biblia nos enseña que Juan el bautista fue enviado por Dios para predicar y bautizar; posteriormente Jesús autorizó a sus discípulos y después, sólo a su Iglesia (Mateo 28:16-20). Sólo una iglesia que predica con verdad las Escrituras tiene autoridad para bautizar; por lo que si alguna persona de otra iglesia llega a la nuestra y su doctrina no está basada totalmente en la Palabra de Dios, debemos corroborar su salvación, instruirla correctamente y bautizarla. Hechos 19:1-7 nos enseña un caso en el que Pablo tuvo que corregir la enseñanza y bautizar (No rebautizar) a 12 hombres.

b) Un administrador idóneo: es la persona a quien la iglesia da la autoridad para bautizar a los nuevos creyentes; comúnmente es el pastor; pero en caso de enfermedad o de que no se tenga uno; puede ser algún otro varón, miembro de la iglesia y de reconocido buen testimonio quien puede recibir la autoridad para bautizar a los hermanos. Se debe reconocer que fue a la iglesia y no a los apóstoles como individuos, que la autoridad para bautizar fue encomendada (Mateo 28:19-20).

Hay un caso interesante detallado en Hechos 19:1-6. Pablo encontró estos discípulos en Efeso, y alguien los había sumergido, pero Pablo, después de examinarlos, rechazó su bautismo.

La cuestión es: ¿por qué?, consideremos lo siguiente:

El primer lugar: Es claro que Pablo sabía que todos habían sido sumergidos, pues el texto original griego es muy claro, y además, ni el rociamiento ni el derramamiento habían sido introducidos todavía bajo el nombre de bautismo. Entonces, no fue el MÉTODO el motivo de Pablo para rechazarlo, sino otra cosa.

Segundo: No eran salvos cuando fueron sumergidos, porque cuando Pablo les preguntó, diciendo: “Recibísteis el Espíritu Santo cuando creísteis” ellos contestaron: “Ni siquiera hemos oído si hay Espíritu Santo”. Con esto Pablo se dio cuenta que no eran candidatos idóneos para ser bautizados, porque la salvación es únicamente por nacimiento del Espíritu, cosa que siempre es una experiencia consciente, y por consiguiente, hubieran tenido conocimiento de aquella Persona Divina, el Espíritu Santo.

Tercero: Dios mismo comisionó a Juan para bautizar (Juan 1:6, 33), pero éste no tenía autoridad para compartir su comisión, o pasarla a otra persona. Vemos que aquellos doce discípulos no dijeron que habían sido bautizados por Juan mismo, sino que: “En el bautismo de Juan”. No se nos dice por la mano de quien, pero evidentemente fue alguien que no tenía autoridad divina, por los siguientes motivos: si hubiesen sido bautizados por Juan, hubieran conocido el mensaje que Juan predicaba siempre a todos los que le escuchaban. Pero aquellos discípulos no conocían tal mensaje, porque cuando Pablo les explicó que: “Juan bautizó con bautismo de arrepentimiento, diciendo al pueblo que creyesen en aquel que vendría después de él, esto es, Jesús el Cristo”, consta que todo eso era nuevo para ellos, porque el versículo que sigue dice: “Cuando oyeron esto, fueron bautizados (No rebautizados) en el nombre (con la autoridad) del Señor Jesús”.

Por dos motivos, entonces, el bautismo de ellos fue rechazado por Pablo: primero, porque no eran salvados, y segundo, porque no habían sido bautizados por una autoridad bíblica, o sea por un administrador idóneo.

Cualquiera de los dos motivos era base suficiente para invalidar su bautismo, quiere decir, calificarlo de ningún valor bíblico. Al escuchar la explicación y mensaje de Pablo, creyeron y se salvaron, y entonces fueron bautizados. Pablo en verdad se opuso a la inmersión ajena, y no la recibió.

4) Cuál es el propósito del bautismo (Un propósito idóneo)

En primer lugar, obedecer un mandato del Señor Jesús y después, manifestar públicamente nuestra fe en Él. Cada creyente debe bautizarse con el propósito de manifestar que ya es un hijo de Dios, de la misma manera que Jesús fue bautizado para manifestar al mundo que Él era el Hijo de Dios (Mateo. 3:15).

5) Cómo debe administrarse el bautismo (Un método idóneo)

Además de que el nuevo creyente debe ser sumergido completamente en agua, debe ser aplicado como lo menciona el Señor Jesús en Mateo 28:19 “...en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo...”, ya que la autoridad proviene de Dios. SÓLO esta forma puede satisfacer los requisitos declarados en la Biblia (Mateo 3:7 y 13-17, Juan 3:23, Hechos 8:35-38, Romanos 6:4-5, 1 Corintios 10:2, Col. 2:12).

6) Qué simboliza el bautismo (Romanos 6:1-4, Colosenses 2:12)

a) Muerte al pecado (Romanos 6:1-4) y resurrección a una vida nueva (Romanos 6:5, Colosenses 2:12).
b) Lavamiento en la sangre de Cristo (1 Pedro 1: 16-19; 1 Corintios 6:11)
c) Que así como Cristo murió y resucitó, un día también nosotros moriremos y resucitaremos en Cristo (1 Tesalonicenses 4:16).

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