martes, 22 de junio de 2010

5_La vida cristiana

Pasaje central

"De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas (2 Corintios 5:17)"


1) Qué es la vida cristiana

Es la nueva vida en la que ahora Cristo ocupa el lugar central de nuestra vida (Filipenses 1:21, Gálatas 2:20). También es la vida en la que ahora nuestra confianza sólo debe estar puesta en Dios, no en imágenes, en la suerte, en la adivinación o en amuletos “protectores”, ni en ningún otro “dios” o cosa que desvíe nuestra fe y confianza en el Señor (1 Tesalonicenses 1:9-10; 1 Corintios 10:9; Isaías 42:8, 43:10-11). Una clara muestra de nuestra fe en Cristo, es abandonar y deshacernos de todo lo que a Dios no le agrada, A veces nos duele dejar lo que hemos practicado toda una vida; pero nuestra fe sólo debe depositarse en Él.

En la vida cristiana, todo lo que ocurre en nuestra vida, tiene como centro a nuestro Señor Jesucristo. Toda decisión debe ser puesta bajo su voluntad, aún lo más pequeño.

2) Cuál debe ser la meta del creyente

Ser semejante al Señor Jesucristo. Él es nuestro ejemplo supremo, y el perfeccionamiento de nuestra salvación es que lleguemos a ser como Él es. El cristiano procura imitar conscientemente a Jesús (1 Juan 3:2, Filipenses 2:5, 3:12).

3) Cuáles son los deberes principales de la vida cristiana

El cristiano debe perseverar en el conocimiento y fidelidad al Señor, esto requiere de un esfuerzo constante. Hay algunos que empiezan en el camino de la fe, pero luego se apartan. Algunos son buenos cristianos por muchos años, pero luego, poco a poco, o aun repentinamente, desisten y se vuelven atrás. Lo importante es que día tras día, no importa lo que pase, el cristiano siga igual, y aun mejor, creciendo en el Señor (Mateo 26:41, 1 Pedro 5:8-9, Gálatas 6:9, Mateo 24:13, Lucas 9:62).

4) Cómo debe el cristiano considerar su propio cuerpo

Antes que un hombre se convierta a Cristo, su cuerpo es por lo general un instrumento de pecado; pero ahora, en su nueva vida, el cuerpo debe ser un instrumento de justicia y santidad. El cristiano debe glorificar a Dios por medio de su cuerpo, porque éste es el templo del Espíritu Santo y debe presentarlo en “sacrificio vivo”. El cristiano no debe hacer con su cuerpo o por medio de el, lo que quiera, sino lo que es correcto, edificante, y que dé un buen testimonio del poder transformador de Cristo (Romanos 12:1-2, 6:19-22, 1 Corintios 6:12, 18-20).

5) Cuáles son algunas cosas que ayudan a vivir la vida cristiana

El practicar las tres disciplinas espirituales que ya vimos la clase antepasada. Es muy importante hacerlo, sobre todo, ahora que empiezas, no olvides leer, estudiar la Biblia y meditar en ella continuamente; vivir una vida de oración, y congregarte en los cultos con la Iglesia.

A través de la Biblia, Dios le habla al creyente y cuando el cristiano ora, Él le habla a Dios. La vida cristiana es entonces, un diálogo permanente entre el cristiano y Dios. La oración es el fuego que da calor; la Biblia es la “despensa” que da alimento. Necesitamos la comida para estar fuertes y necesitamos el calor para estar entusiastas

Es una buena costumbre cristiana el orar a Dios antes de comer, al acostarse y al levantarse por la mañana. La oración de fe es un arma poderosa. Nunca estamos más cerca de Dios que cuando le buscamos de rodillas en oración.

También congregarse con la Iglesia es muy necesario, al asistir al templo con toda puntualidad y participar en el culto, somos renovados espiritualmente. En su casa, Dios siempre tiene un mensaje para nosotros.

La vida cristiana es como un romance, una aventura preciosa de fe, entra en ella con decisión y no decaigas, seguramente tendrás pruebas (De esto estudiaremos en la siguiente clase) y tribulaciones; pero el Señor estará siempre a tu lado para ayudarte.

6) Cuál es un gran incentivo para vivir la vida cristiana

La promesa y la esperanza de la segunda venida de Jesucristo constituye un incentivo o estímulo poderoso a vivir la vida cristiana. La razón es porque sabemos que el Señor volverá a la tierra por los que hayamos creído en su nombre. No nos veremos frustrados en nuestros esfuerzos. No estamos trabajando en vano, el Señor, a su tiempo recompensará nuestro esfuerzo (Hechos 1:10-11, Filipenses 3:20-21, Apocalipsis 22:12).

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